Común entre personas que abusan del alcohol, descartar su adicción como fuente de dolencias. Si se sienten mal, ven la causa en todo motivo excepto su alcoholismo. Como país funcionamos tal cual. No dimensionamos justamente el consumo de alcohol como problema social. “Pero iba secuestrándome mi mal, porque, ¿qué mal admite una comparación con el alcohol?”, dijo Edgar Allan Poe. En su cuento “El gato negro”, alcoholizado, el protagonista se volvía malo. La Fiscalía confirma que el alcohol alimenta la criminalidad. Esta Navidad el grueso de las emergencias hospitalarias tiene la embriaguez como telón de fondo. Empero, relajamos contentos nuestros escasos controles o hacemos bultos como el de los “alcoholímetros”, hoy de paradero desconocido.

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