Ali, una muerte que no asimilo

Una terrible coincidencia ¡y una necia circunstancia! A sólo 32 horas de mi llegada a Nueva York, esas dos realidades se conjugaron para que conociéramos una noticia muy trágica: La muerte de Muhammad Ali, el más grande atleta del siglo XX. ¡Qué&#8

Una terrible coincidencia ¡y una necia circunstancia! A sólo 32 horas de mi llegada a Nueva York, esas dos realidades se conjugaron para que conociéramos una noticia muy trágica: La muerte de Muhammad Ali, el más grande atleta del siglo XX. ¡Qué devastadora noticia!

Llegué a esta ciudad para tomarme un descanso de una semana, pero al mismo tiempo aprovechar el viaje para dar a conocer dos de mis más recientes libros.
El acto para ese acontecimiento tendrá lugar el jueves, nueve de este mes, en el Club Deportivo Dominicano del Alto Manhattan.

El colega Tenchy Rodríguez, corresponsal del programa Zdeportes, me dio la infausta información…quería estar desconectado por unos días de las redes sociales y de los periódicos.

Pero, al conocer esa tragedia, mis ojos se humedecieron. ¡Casi lloro a cántaros!
El 17 de enero del 2015, fecha en que Ali cumplía 74 años, escribí en esta misma columna un artículo que titulé así: ¡Ali, no te mueras!

Sabía de su dura enfermedad (el mal de Parkinson) que lo comenzó a molestar en 1984, tres años después de anunciar oficialmente su retiro del boxeo activo.

Los grandes nunca mueren

Literalmente, los grandes hombres nunca mueren…¡por eso Ali nunca será un muerto!

Ali, nacido en el poblado de Louisville, Kentucky, y a quien en mi libro Ranking Mundial del Boxeo (Los 30 más grandes de la historia) lo encasillo número dos, ha llenado de luto a todo el orbe.

Ali, quien terminó con foja de 56-5 con 37 nocauts, fue el mejor peso completo de la historia, y el más carismático atleta de todos los tiempos. Siempre gritó a todo pulmón: “Soy el más grande”. Se acepta que fue un bocón, parlanchín y hasta petulante, pero también todos coincidimos en que fue quien impregnó la dignadad al deporte y a sus atletas. Desde que el 25 de febrero de 1964, tras noquear a Sonny y capturar a los 22 años el campeonato de los completos, su calidad comenzó a sentirse en los estratos del deporte mundial. Ali, recuérdalo bien: tú no has muerto, porque sigues en los adentros de nuestros corazones. ¡Eres un inmortal perenne!

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