El alivio de las Águilas

Las Águilas Cibaeñas han empezado a volar en el torneo invernal para la alegría de su extensa fanaticada, reconocida por una lealtad inmensa y por expresar su descontento sin importar la hora ni fecha.

Las Águilas Cibaeñas han empezado a volar en el torneo invernal para la alegría de su extensa fanaticada, reconocida por una lealtad inmensa y por expresar su descontento sin importar la hora ni fecha. Las últimas victorias de la escuadra, que le han acercado al importante cuarto lugar de la tabla de posiciones del campeonato, también significan un alivio para su plana mayor, encabezada por Quilvio Hernández, quien de seguro se dio cuenta que en estos tiempos no es recomendable tratar de imitar al “Conejo Buggs”, el todopoderoso cartón animado.

La mejor solución para los males en los deportes es ganar. Eso cura heridas, chismes, bajas asistencias, mal ambiente, en fin, todo lo negativo que siempre anda rondando por los equipos.

La tropa amarilla tiene ahora mejores componentes que al inicio de la contienda, cuando una marca de 2-9 pesaba como todo el concreto del Monumento de Santiago de los Caballeros. Dos triunfos ante los Tigres del Licey en días seguidos despertaron los ánimos de la tropa, que cuando tiene ese azul de frente eleva sus revoluciones.

Vencieron a los Toros el lunes y la situación, aunque no es la ideal, mejoró bastante. La pelea ahora es con Toros y Gigantes. No es lo mismo estar en disputa con varios conjuntos que distante de todos en el sótano de la justa.
No deben parar en obtener más piezas que ayuden a registrar victorias. Ramón Peña, su gerente general, sabe que octubre y noviembre son claves en esta pelota.

¿Seguirá el buen momento aguilucho? El calendario responderá la interrogante. No me voy en contra, que quede claro. Esto no se trata de arengas, discursos ni de invocar a aura y a mística, las mismas que Curt Schilling dijo para la Serie Mundial de 2001 entre Yanquis y Arizona que eran bailarinas en un club nocturno.

Schilling tenía razón. Esas no juegan. Arizona fue el campeón.

Luego de que el himno es interpretado, ya sea por el afable Héctor “El Torito” Acosta o a quien le toque, Rafael Ynoa, Wilín Rosario, Danny Santana y Jonathan Villar, entre otros, salen al terreno en busca de resultados.

De ahí en adelante es que se dice con fuerza “voa’ al Águila”.

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