“En la estructura social dominicana hay nuevas fuerzas sociales predominantes”, asegura Franklin Almeyda Rancier, en su libro “El PLD y las Fuerzas Sociales”.Agrega que esas fuerzas “han sustituido a la oligarquía dominicana, por lo que el PLD debe revisar su comportamiento estratégico y sus políticas de alianzas”.
En el libro, a ser puesto en circulación para la Feria Internacional del Libro 2012, el doctor Almeyda Rancier sugiere una agenda partidaria a ser conocida en el Congreso Norge Botello del Partido de la Liberación Dominicana, el cual continuará celebrándose pasadas las elecciones nacionales de mayo 2012; plantea, entre otros puntos, que se discuta lo relativo a la estructura organizativa y adecuarla a los procesos electorales y comunitaria, la formación política, la definición de nuevas líneas estratégicas atendiendo a las nuevas fuerzas sociales que tienen su concentración en lo que denomina “La Pirámide Empresarial”.
Almeyda, quien es miembro del Comité Político del PLD, afirma que ese partido “está obligado a adecuarse al proceso nacional, el cual ha dejado atrás a la oligarquía y se ha formado un grupo empresarial importante en ‘La Pirámide Empresarial’, a los cuales les interesa que funcione la democracia para que funcionen los mercados económicos y al PLD para que se puedan poner en ejecución todos los derechos, especialmente los fundamentales, y lograr alcanzar los objetivos para los cuales se fundó el partido”.
Pero el PLD debe someterse a un proceso de revisión interno como aquel planteado por el profesor Juan Bosch para el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual era “convertir la cantidad en calidad, sin llegar al extremismo de desperdiciar la cantidad”.
Clandestinidad
Almeyda Rancier, participante junto a Juan Bosch en la fundación del PLD, dice en su libro que ellos se prepararon para “un partido que eventualmente podía irse a la clandestinidad”.
“Nos preparamos con formas operativas de clandestinidad, desde las horas adecuadas para movernos, los tic de cada cual que podían identificarnos, los apodos o sobrenombres a utilizar, las características de los lugares donde refugiarnos, forma codificada de comunicación, intermediación para manejar cada dirigente y tener acceso a libros de lecturas”, asegura el dirigente político.
Dice que “justamente, cuando se produjo el desembarco de Playa Caracoles tuvimos que irnos a la clandestinidad, aun estando en el PRD. La clandestinidad de Juan Bosch la manejaron dos personas, no podían ser más de ahí”
La renuncia al PRD, el 18 de noviembre de 1973, para Almeyda “tuvo varias causas, una de ellas ha sido poco vista, se trata de el efecto emocional que produjo en el profesor Bosch el derrocamiento y muerte del presidente Salvador Allende (Chile, 11 de septiembre de 1973), lo cual constituyó un hecho trágico pero que dolorosamente confirmaba su tesis de que era imposible que una fuerza progresista asumiera el poder, aun por la vía electoral, y se mantuviera en él, en esos tiempos de bipolaridad capitalismo versus socialismo”.
“El derrocamiento y muerte del presidente Salvador Allende fue un factor emocional decisivo, puesto que en su dolorosa primera reacción Bosch recordaba que se lo había hecho saber, teniendo como respuesta del presidente Allende que el confiaba en la profesionalidad de las fuerzas armadas, la misma que lo derrocó y lo llevó a la muerte”, señala el doctor Almeyda Rancier en su libro “El PLD y las Fuerzas Sociales”.
