Ambiente diferente

Sin el ánimo de crearme ni de crear altas expectativas con el equipo dominicano que jugará en el Clásico Mundial de Béisbol de marzo próximo, tengo que decir que lo que estoy viendo me gusta un mundo.

Sin el ánimo de crearme ni de crear altas expectativas con el equipo dominicano que jugará en el Clásico Mundial de Béisbol de marzo próximo, tengo que decir que lo que estoy viendo me gusta un mundo.No sé si algunos de ustedes piensan igual, pero noto esta vez algo que no había notado entre la clase beisbolera de República Dominicana en anteriores ediciones del evento mundialista: compromiso, decisión y entrega.

Si un pelotero lee esto probablemente me dirá que estoy equivocado, que ellos siempre han estado comprometidos, decididos y entregados cuando se trata de defender la bandera tricolor en un diamante de béisbol.

Tal vez tendría razón, pero la realidad es que al compromiso que me refiero es aquel que te lleva a hacer lo que nunca haces por un bien común. Y es obvio que eso no había sucedido hasta ahora.

Vean a Octavio Dotel, quien lanzó en la liga de invierno por primera vez desde 2006-2007, sólo por llegar en forma al Clásico, tal y como se recomienda y se le ha suplicado a nuestros millonarios jugadores. Como Octavio, también jugaron Nelson Cruz y Hanley Ramírez, dos que están ubicados en un privilegiado sitial en las Grandes Ligas. Eso es compromiso.

Decisión es la que han mostrado Tony Peña y Moisés Alou, quienes basados en las dos caídas anteriores, prefieren llevar jugadores que estén en forma, no importa si son Clase A o Grandes Ligas.

Cuando hablo de entrega pienso en Fernando Rodney y su opinión. “Para representar a la patria no se necesita pedir permiso”, declaró el lanzador a elCaribe en lo que para mí es una posición muy valiente, tomando en cuenta que esa es la excusa preferida de sus colegas para no jugar invierno y Clásico.
 
O me llega a la mente lo que Albert Pujols le apuntó a Dotel, según el relevista. Pujols le dijo a Dotel que el Clásico era un evento que se hacía cada cuatro años, que había que dar lo mejor.

 No sé cómo terminarán las cosas, pero en lo que a mí concierne han comenzado bastante bien, porque hasta decir que no con sobrada antelación, como lo hizo David Ortiz, le hace bien al colectivo.

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