El ambiente

Hoy celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972, cuando se celebró una conferencia especial sobre el tema en Estocolmo, Suecia. Desde entonces, los pueblos,…

Hoy celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972, cuando se celebró una conferencia especial sobre el tema en Estocolmo, Suecia. Desde entonces, los pueblos, sobre todo los más pobres, han venido comprendiendo la importancia de conservar el ambiente y tratar de alcanzar el desarrollo evitando prácticas destructivas, pues la mayoría de las mismas son típicas de las naciones con mayor rezago económico. También es verdad que los ricos alcanzaron su progreso sin considerar nada que no fuera multiplicar riquezas.
 Es ahora cuando el ambiente es considerado un problema en todos los países.

En la República Dominicana el tema cobra vida, pero eso no significa que hagamos lo suficiente para contribuir al equilibrio ambiental. Debe reconocerse, que desde el punto de vista del conocimiento, hemos avanzado, pero no hacemos lo necesario para ayudar a mantener limpio el ambiente, es decir, el aire, los ríos y cañadas, sitios y lugares, la tierra misma.

Y por eso se mantienen prácticas poco amigables, como lanzar desperdicios de todo tipo, sin miramientos, por doquier. Plásticos y basura de toda clase en las calles, patios, y campos, a orillas de ríos o arroyos, incluso, en los mismos cauces. Hay hasta distritos y municipios que disponen de sus desechos en zonas bajo influjo de los ríos. Se puede decir que determinados ayuntamientos son campeones en malas acciones medioambientales.

En las fincas los campesinos siguen quemando desperdicios orgánicos que bien podrían utilizar como fertilizantes o para “crear tierra”, para rellenar y recuperar áreas difíciles de cultivar. Y ni hablar de las devastaciones, desmontes e invasiones de áreas vulnerables y protegidas. Cómo núcleos poblaciones se asientan en cualquier sitio.

Peor pasa en las ciudades o concentraciones poblacionales, donde no hay drenajes sanitarios adecuados, se mantienen las letrinas tradicionales y se contaminan las aguas subterráneas.

Y todo eso conduce al drama de hoy, propagación de enfermedades y deterioro de la calidad de vida.

Respecto al pasado, hemos avanzado. ¿Qué hacer hacia el futuro?: persistir en la educación ciudadana. ¡Quién sabe avanzamos!

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