En el desenfrenado partidismo percibimos una amenaza no sólo a la paz, ya maltrecha, sino al estamento más importante para el ejercicio del derecho ciudadano, la Junta Central Electoral (JCE).Ya vimos cómo el sistema de partidos se ha corrompido, cómo los organismos internos han sido sustituidos por las decisiones unilaterales de sus jefes, o las truchimanerías de los antiguos militantes que ahora pasan a conmilitones, siempre listos para las acciones más absurdas.
No satisfechos con ese proceder nada compatible con los valores democráticos, ahora pretenden trasladar sus inconductas a la JCE.
Ya pasó cuando ese organismo decidió reasignar algunas diputaciones por la reforma de la Constitución de 2010. Los partidos quebraron una resolución del pleno de la JCE con una instancia ante el Tribunal Superior Administrativo (TSA).
Los partidos tradicionales, dominados por esa competencia desenfrenada, se envolvieron en negociaciones nada vinculantes con principios, propuestas u objetivos programáticos, sino en atención a las cuotas en los diferentes estamentos del Estado. A tanto por tanto. Llegaron al 1ro. de marzo con la fecha de entrega de las alianzas vencida, envueltos en un mar de confusiones que obligó a la JCE a postergar el plazo hasta el 11 de este mes. Violentaron una previsión en el cronograma de trabajo de ese organismo.
Entregaron los documentos llenos de “incongruencias, inexactitudes y contradicciones que por su naturaleza requieren de la participación de los proponentes a fin de ajustarse a los términos contenidos en la ley sobre la materia”, debió declarar la JCE.
Ahora están pretendiendo quebrar el sentido de la cuota del 33% de las candidaturas que la ley positivamente asigna a la representación del género femenino.
Mañana vence el plazo en que las organizaciones políticas deben depositar sus propuestas para las elecciones del 15 de mayo. Según el artículo 70 de la ley electoral, las propuestas, para ser admitidas, deben presentarse a más tardar 60 días antes del día de las elecciones.
Probablemente, ahora pedirán una extensión del plazo, dado el hecho de que todavía no terminan sus fieras refriegas internas para completar las candidaturas congresuales y municipales.
Y ese caos, ese desorden, sólo conduce a la violencia y a la desinstitucionalización.
