En estos últimos dos años República Dominicana comenzó a remediar décadas de mafias y desorden que sacaron provecho al movimiento ilegal de quienes dejan su país buscando porvenir.Y a quien le ha tocado asumir toda la responsabilidad de dar la cara en esta reforma migratoria ha sido a Andrés Navarro, un arquitecto con experiencia en el urbanismo que pasó de ser un funcionario de los pasillos del Ministerio de Obras Públicas y el Ayuntamiento del Distrito Nacional a canciller y, de paso, asumir la ofensiva nacional en un momento histórico para la República Dominicana.
Y es que a raíz de la cuestionada sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, la cual sentó bases para reconocer la nacionalidad dominicana, el Estado se vio obligado a regularizar a los indocumentados. El resultado en el panorama internacional han sido dos años cargados de fricciones, ataques, diálogos y atención hacia el país, por su intención de regularizar a los nacionales haitianos, que en el país alcanzan los 458 mil 233, según cifras oficiales.
Los cuestionamientos hacia el país no solo han venido desde fuera. Un tema tan delicado como apasionado ha agrietado en dos a la sociedad dominicana: los defensores radicales de la soberanía contra los defensores de los derechos de los indocumentados.
Ha asumido su rol
Y frente a todos, Navarro ha asumido su rol. Un hombre de apariencia sosegada, que de niño confesó haber tenido problemas de aprendizaje, hoy se muestra con facilidad para hablar claro, pausado y contundente. Y da noticias cada vez que decide conversar con la prensa.
La primera muestra de esa firmeza la dio la noche del 25 de febrero, cuando llamó a consultas al embajador dominicano en Haití por la agresión que sufrió la embajada en Puerto Príncipe, cuando un grupo de manifestantes intentó quemar la bandera dominicana.
Navarro asumió como canciller el 15 de septiembre del 2014, después de la salida de Carlos Morales Troncoso un mes antes de su fallecimiento por leucemia. Troncoso, de 74 años, tenía una década como ministro de Relaciones Exteriores cuando renunció. Navarro, de 51 años, llegó con planes de transformar la política exterior, de convertirla en un bien útil para la ciudadanía.
El funcionario fue nombrado en medio de una reforma a la diplomacia dominicana y de un escándalo protagonizado por los altos salarios y las botellas en la nómina exterior. La reforma ha incluido auditorías en las nóminas de Cancillería que ha provocado la salida de empleados y, con eso, el ahorro de millones de pesos. Navarro dijo en una ocasión que el “personal inactivo” del cuerpo diplomático cobraba RD$86 millones mensuales. Parte de esa reforma ha sido, según sus declaraciones, acabar con esa situación. Su gestión se ha anotado la creación del Instituto de los Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (Index) y del Plan Nacional de Derechos Humanos.
Su mayor reto ha radicado en enfrentar los cuestionamientos a la reforma migratoria dominicana. Por eso al arquitecto oriundo de Bonao le ha tocado hablar en escenarios de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), ha encabezado todas las ruedas de prensa en la Presidencia de la República, sobre este tema, y ha dado entrevistas a CNN. También ha mantenido, desde que asumió el cargo, a Haití como una prioridad en su gestión.
Una defensiva tardía
A sabiendas de que las amenazas de descrédito contra el país eran evidentes, no fue hasta el 26 de junio cuando se asumió una agenda de trabajo exclusiva para informar los alcances de la reforma migratoria puesta en marcha en el país. En Guatemala, ese día y con esos fines, Navarro se reunió con nueve cancilleres de Centroamérica, México y Colombia y con la secretaria general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), previo a la celebración de la XLV Cumbre Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA,
A posteriori le tocó reunirse en Panamá con su cuerpo diplomático, en Centroamérica, Suramérica, el Caribe, México y Asia. En Washington estuvo con los representantes dominicanos ante Estados Unidos, Canadá, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Organización de Estados Americanos (OEA). En Suiza se reunió con 24 embajadores dominicanos acreditados en Europa, África y Medio Oriente. Los encuentros con 48 embajadores dominicanos acreditados en el mundo y en organismos internacionales tuvieron el exclusivo tema de dar a conocer el alcance de la política migratoria nacional y divulgar la agenda defensiva para la imagen del país. Los alcances del Plan Nacional de Regularización han incluido una visita de Navarro al Vaticano y una reunión con expeloteros de Grandes Ligas.
Reuniones con Renauld
Navarro tuvo su primera reunión con el actual canciller haitiano, Lener Renauld, el 6 de mayo. En encuentro en la VIII Reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Quito, se habló de “diversos documentos de acuerdos binacionales en materia de seguridad, educación, cuencas comunes” que hoy se mantienen en el aire. El 27 de mayo hubo otro encuentro en la Cancillería dominicana donde ambos abordaron, entre otros asuntos, avances del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros. El 6 de junio, Navarro volvió a reunirse con Renauld en Puerto Príncipe . El objetivo esa vez fue coordinar el proceso de repatriación de haitianos irregulares hacia Haití. El último encuentro con Renauld fue el 11 de junio en Bélgica. Allí, en la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Latinoamericana y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), Navarro también estuvo acompañado del presidente Michel Martelly coordinaron “seguir fortaleciendo el diálogo abierto y franco que llevan a cabo”.
Cargo
Navarro asumió como canciller el 15 de septiembre de 2014, después de la salida de Carlos Morales Troncoso un mes antes.
