Ángel de la paz

A la Iglesia Católica, a América y buena parte del mundo no podía ocurrirle nada mejor que la elección como Papa de Jorge Mario Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires, Argentina, que viene de una sencilla familia, del barrio Las Flores. Su padre,&#82

A la Iglesia Católica, a América y buena parte del mundo no podía ocurrirle nada mejor que la elección como Papa de Jorge Mario Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires, Argentina, que viene de una sencilla familia, del barrio Las Flores. Su padre, un empleado ferroviario, originario de Italia, y la madre una simple ama de casa. Cuatro hermanos completan el grupo familiar, como cualquier otra familia. Su infancia sólo tuvo de especial que lo bautizaron el día de la Navidad de 1936. Luego su vida transcurrió como la de un muchacho más educado en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía. Heredó de su padre la pasión por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, del que tiene camisetas y carné de socio número 88.235. Ya joven trabajó limpiando el suelo de una floristería y como portero de discoteca.
Copiamos: “Le gustaba bailar tango y solía salir a practicarlo con sus amigos. A los 20 años, le extirparon parte de un pulmón cuando se sometió a una operación. Sin embargo, salvo limitarle un poco su capacidad respiratoria, no le afecta a su calidad de vida. A los 21 años decidió convertirse en sacerdote…”.
Todo eso sugiere que se trata de un ser humano común que asumió su misión con entereza y está dejando un legado a la humanidad.

La noticia confirmatoria que de nuevo ha jugado un rol decisivo en favor de la paz en el continente americano no podía ser más alentadora. Ya imaginábamos que con su presencia en Cuba, antes de tocar territorio norteamericano, iba a contribuir a acelerar el proceso de diálogo entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. De hecho, este grupo se lo había pedido. Su papel será decisivo nueva vez. Recordarán que después de 50 años de distanciamiento, fue el ser humano que alentó el entendimiento entre Estados Unidos y Cuba.

¡Y cómo lo hace! Con discreción, sencillez y convicción. Su pensamiento profundo rompe con esquemas y actitudes extremadamente conservadoras que venían marginando a la Iglesia de los procesos de los pueblos.
Francisco es un ángel de la paz.

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