I.- La debilidad del movimiento progresista dominicano

1.- El ser humano, al actuar en política, sin importar que sea en forma individual o colectiva, debe proceder atendiendo a sus posibilidades y la realidad a enfrentar; lo que se traduce en que no debe sobredimensionar ni minimizar la situación, sino tomarla en cuenta y accionar conforme mandan las circunstancias.

2.- En la República Dominicana, partiendo de la correlación de fuerzas políticas presentes en el ambiente nacional, la coyuntura no es favorable para el movimiento democrático imponerle condiciones a los grupos nacionales y extranjeros de poder político, económico y social.

3.- Los sectores que en nuestro país han luchado y luchan por el progreso social, no cuentan hoy con poder de decisión para lograr modificar el estado  vigente. Una cosa es nuestro deseo, y otra lo que podemos hacer. Los hechos se imponen a los designios. Poco importan los justos proyectos si ahora no podemos hacerlos viables.

4.- A nivel nacional, en el seno de nuestro pueblo existe un amplio sentimiento progresista, pero disperso,  porque los más lúcidos dirigentes populares no han logrado recoger y agrupar a esa gran masa de mujeres y hombres de ideas renovadoras que, reunidas, cambiarían el escenario político colocando a todo el movimiento popular a la ofensiva.

II.- Ante la posición de la política exterior del actual gobierno

5.- Si por debilidad y por la falta de cohesión de los sectores llamados a dictar  pautas de avance, ahora no podemos modificar el ordenamiento actual, ni imponer nuestros puntos de vista progresista, sí tenemos la calidad suficiente para exigirle al gobierno central que respete la voluntad democrática y tradición nacionalista que tiene nuestro pueblo por los principios de independencia, autodeterminación y soberanía plena; por las que han luchado y luchan muchos latinoamericanos y caribeños.

6.- El gobierno que preside el licenciado Luis Abinader, en el corto tiempo de su gestión, con una serie de acciones y pronunciamientos ha dado demostración de ejecutar una política de seguimiento a la conveniencia de los Estados Unidos, lo que desdice por completo de la vocación del pueblo dominicano a una política internacional que responda al interés nacional.

7.- Los países, no importa su extensión territorial o número de habitantes, se hacen merecedores del respeto del concierto de naciones, cuando dan demostración de sostener una política internacional digna, sin importar el sistema social vigente, como es el caso de México, y otros que asumen una diplomacia de independencia en su política exterior.

8.- La actitud que, hasta ahora, ha exhibido el gobierno dominicano en su proceder ante el norteamericano, causa vergüenza a todos aquellos que creemos que no debemos ser sumisos, para no parecernos borregos ante la comunidad internacional que se respeta.

9.- Tomar partido en los conflictos de intereses entre Estados Unidos y China, nos coloca como una pieza en el tablero del imperio. El respeto en la política internacional se gana con una actitud decorosa, no indecente y ausente de respetabilidad.

10.- En un afán de complacer y demostrar un exceso de seguimiento a los dictados de Washington, el gobierno dominicano ha abofeteado a China en sus relaciones diplomáticas, además de atacar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, en su autodeterminación, soberanía e independencia en su política interna.

III.- La ofensa a Cuba, Venezuela y Nicaragua con el caso de  los cuadernillos  de sexto  grado 

11.- Lo ocurrido recientemente con los cuadernillos de sexto grado es, pura y simplemente, una inaceptable intromisión en algo que solo es de la competencia de cubanos, venezolanos y nicaragüenses, y nadie más. Es feo hacer el papel de entrometido, y peor aún para hacerse el gracioso ante un abusador internacional plagado de descrédito.

12.- Con relación a la ofensa hecha a Cuba, Venezuela y Nicaragua, por medio de los cuadernillos de sexto grado, aunque el presidente Luis Abinader, ha dicho que corresponde al Ministerio de Educación referirse al asunto, la verdad es que el jefe,  el director de la política internacional del país es el presidente, no el encargado del Ministerio de Educación.

13.- Mientras tanto, el artículo de contenido ideológico, tendencioso e hiriente sigue ahí, condicionando a los estudiantes de sexto grado, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, aunque con estas naciones nuestro país, supuestamente, mantiene normales, respetuosas y armoniosas relaciones diplomáticas.

14.- En vista de la situación hiriente creada por nuestro país por el contenido agraviante de los cuadernillos de sexto grado, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, por el respeto, la dignidad y el decoro de  estos países, lo menos que debe hacer el Gobierno Dominicano es,  mediante una nota diplomática, pedirles excusas por las ofensas.

15.- Los dominicanos y las dominicanas, que históricamente  hemos dado demostración de ser  hospitalarios y respetuosos de los países hermanos, no debemos hacer sentir mal, colocar en una situación difícil y sumamente amarga, a todo el cuerpo diplomático de  las embajadas acreditadas  en el territorio nacional, de los mil veces indómitos pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. 

Razonamiento final

16.-Si además de sufrir los pesares que nos ha traído la COVID-19, el gobierno central se convierte en un aliado sumiso a las pretensiones imperiales, entonces solo nos queda decir que en el 2020, nos han caído encima las peores maldiciones y los estigmas que nos lesionan en lo más profundo de nuestros más sanos y elevados sentimientos.

17.- No es mucho pedirle al gobierno presidido por Luis Abinader, interpretando el sentir de lo mejor, más sensible y democrático de nuestro pueblo, que adopte un comportamiento con el cual no nos siga presentando  ante el mundo civilizado como ridículos y extravagantes, que servimos de diversión, es decir, que somos una partida de tontos y hazmerreír que avergonzamos.

18.- El presidente Luis Abinader, debe comprender que goza hoy del respeto de sus conciudadanos, pero que esa justificada consideración se le deslustra si en su gestión se advierte, como se está observando, una entrega a la política del imperio,  que está basada en avasallar y arrodillar a los gobiernos que prueban docilidad.

19.- Las fibras más sensibles del movimiento popular y democrático del país, deben ponerse en tensión para reclamarle al gobierno presidido por Luis Abinader, la adopción de una política internacional independiente que responda a los mejores intereses del pueblo dominicano, honrando así a todos aquellos hombres y mujeres que han luchado y luchan por la autodeterminación e independencia de  nuestro  pueblo y de los latinoamericanos y caribeños.

 

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