Los dominicanos no creamos conocimiento, la dinámica nacional depende de emular o adaptar ideas de naciones más avanzadas. Hay recetas foráneas imposibles de “aplatanar”.

Al leer un artículo sobre los “7 hábitos de la frugalidad altamente efectiva”, de un consejero norteamericano, concluí que mayormente no aplican para la población dominicana. Supuestamente, a través de ellos se consigue: que nunca el dinero se acabe antes de finalizar el mes; “metas” como ahorrar y librarse de deudas.

Los asalariados dominicanos practican una perenne y forzosa racionalidad en el gasto sin ver nunca tales resultados. En un país de mayorías devengando salarios que no cubren la canasta familiar siquiera, toda sugerencia de frugalidad suena a mofa.

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