Este, y el próximo artículo, van dirigidos al tema de la piel, porque percibimos que solo nos preocupa lo que ella significa para la estética, que se pierde cuando una herida, una mancha, una verruga, un tumor, una excoriación y en especial cuando las arrugas denuncian la llegada del envejecimiento.Hoy día la piel representa el órgano que genera mayor atención para el mantenimiento de la estética, y es objeto de cirugía y procedimientos, tanto en mujeres como en hombres, en la búsqueda de la belleza y del aspecto juvenil.
Conviene saber que la piel cubre una extensión de aproximadamente 2 metros cuadrados de nuestro cuerpo, pesa unos 5 Kg, tiene un grosor que varía de 0.5 a 4 mm, y está constituida por la Epidermis, que es la capa más superficial, tiene de 0.04 a 1.5 mm y en ella están los melanocitos que le dan color a la piel según la raza y la exposición solar.
La falta de melanina produce el albinismo; la Dermis, en la que se encuentran las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas, las células adiposas, los folículos pilosos y las fibras nerviosas; y la Hipodermis, la capa más profunda, en la que están los vasos sanguíneos y los ligamentos. En la piel se produce la síntesis de la vitamina D. diariamente eliminamos de 30,000 a 40,000 células muertas de la capa cornea de la epidermis. La piel es el órgano más grande y más diverso de nuestro cuerpo, está dotada de receptores nerviosos específicos para la función sensorial del tacto y la estimulación de los circuitos cerebrales.
La piel es una barrera de protección contra los agentes externos y tiene un papel importante en la termorregulación por medio de sus vasos sanguíneos y de las glándulas sudoríparas. La fisiología de la piel está vinculada al sistema cardiovascular, expresa sensiblemente la presencia de deshidratación, y da manifestaciones externas de algunas enfermedades cardiovasculares.
Además, la piel, sobre todo la de las manos, constituye un vector en la transmisión de las enfermedades infecto contagiosas.
