Aprovechemos el agua

El director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), Olgo Fernández, ha hecho pública una propuesta dirigida a que el país se involucre en un programa de largo plazo para aprovechar sus aguas, mediante la construcción de infraestructu

El director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), Olgo Fernández, ha hecho pública una propuesta dirigida a que el país se involucre en un programa de largo plazo para aprovechar sus aguas, mediante la construcción de infraestructuras de almacenamiento.Se trata de un proyecto para construir al menos nueve grandes presas de usos múltiples, que se ejecutaría en un período de 20 años, a un costo global de entre cinco mil y seis mil millones de dólares.

Según explicó Fernández, un ingeniero especializado en temas hídricos, la propuesta está motivada por la situación de desaprovechamiento de las aguas de los ríos y otros afluentes del país. En declaraciones que ofreció durante el Almuerzo de Multimedios del Caribe la semana pasada, el funcionario dijo que el 70 por ciento de las aguas de los ríos dominicanos va a parar al mar, sin ser aprovechada.

Es un contrasentido que mientras el país sufre, en las cada vez más prolongadas épocas de sequía, de escasez de agua, una proporción tan elevada de sus disponibilidades del vital líquido se pierda. La situación puede cambiar.

Según el director ejecutivo del INDRHI, la única forma que tiene el país de contar con agua segura para consumo humano, para riego o agricultura y para generación de electricidad limpia y barata, es construyendo las presas en los lugares que el organismo ha identificado y estudiado.

La inversión para construir esas obras es alta, pero según los cálculos del órgano proponente se recupera en 15 años aproximadamente. Además, la propuesta no es para que sean construidas todas al mismo tiempo, debido a que la obtención del financiamiento sería difícil. Pero como el tiempo de construcción de una presa es de aproximadamente dos años, la recomendación es que se erija una por año, para en un lapso de dos décadas, culminar el programa.

Un detalle interesante de la propuesta es que en conjunto las nueve presas aportarían unos 300 megas de electricidad, irrigarían un millón de tareas que ahora no tienen ningún uso agrícola y proporcionarían agua potable a los habitantes de al menos 12 provincias que están desabastecidas del líquido. Esos serían los beneficios principales. Hay otros que son colaterales que sumados dan las cifras para estimar los costos-beneficios. Calcularlos no cuesta nada, si se toma en cuenta que el final sería aprovechar un recurso que escasea y se pierde.

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