El Archivo General de la Nación carecía de un departamento para conservar las obras audiovisuales.
Es en el 2005, bajo la dirección del historiador Roberto Cassá cuando se crea esta unidad que desde el año pasado amplió sus servicios al campo de la música.
Las labores en este departamento van caminando, sin prisa, con el trabajo a pulso de Tommy García, quien tiene a su cargo el proceso de inventario de todo el material que ha recibido la División Audiovisual del archivo, que dirige el cineasta Juan Bautista Sánchez.
Es en el 2012 cuando ellos reciben del Museo Dominicano de la Música la primera donación compuesta de 35 mil unidades musicales, principalmente de LP y discos en formato 45rpm.
Por dificultades operativas que afectaron la dinámica del museo, su dirección decidió, para fines de conservación y un tratamiento más adecuado de sus fondos, donar al AGN todo el material que descansaba en sus oficinas.
“Aquí se le está dando el tratramiento de limpieza, conservación y restauración”, informó Bautista Sánchez en una entrevista con elCaribe.
La unidad de conservación va tomando forma, adquiriendo los equipos que necesita y que no estaban disponibles porque carecía de un deparmento para el archivo de obras fonográficas.
“Todo el material que recibimos estaba en condiciones deplorables, debido a las condiciones ambientales en que eran conservadas. Inmediatamente, dispuso colocar esas obras en cuarentena, para agotar el proceso de descontaminación para evitar que los depósitos recibieran cualquier tipo de infección que perjudicara los fondos de la institución”, señaló Sánchez.
El Museo de la Música, en un gesto de desprendimiento y con la preocupación de que sus valiosos documentos, únicos, fueran a dañarse y perderse, puso en manos de esta unidad recién creada una gran cantidad, poco más de cuatro mil, de partituras de un buen repertorio de merengues estilo big band de la época de Trujillo. Este fondo está siendo sometido a un proceso de curaduría porque muchas de estas transcripciones están en un estado de deterioro.
El personal de las diferentes áreas de cada uno de los procesos que deben agotar estos documentos antes de que puedan estar disponibles al público en internet, trabaja sin descanso, primero, en el inventario para determinar el año, el autor, el género, el intérprete y cualquier otra información valiosa que se necesita para contar la historia musical dominicana.
Según la previsión de Bautista Sánchez, un cineasta con años de experiencia en el campo de conservación audiovisual, el archivo puede tardar años para que el público tenga acceso a estos fondos que ha recibido en poco más de un año.
“Hay una cantidad significativa de producciones discográficas que recibimos del Museo de la Música en formato digital.
Esas obras las convertimos en un formato de conservación y lo almacenamos en un servidor, con una copia en una configuración que pueda ser accesible al público y en otra para fines de archivo. Ese material, ya almacenado, hay que inventariarlo, describirlo y catalogarlo, de manera que cualquier persona que necesite información sobre un artista o una canción dominicana, tenga acceso al fondo”, explicó Bautista Sánchez.
La unidad fonográfica del Archivo General apenas da sus primeros pasos, pero camina con firmeza con el objetivo de preservar la memoria musical dominicana para que pueda ser consultada y conocida por las siguientes generaciones.l
Valiosas partituras de la época de La Voz del Yuna
El merengue en formato de grandes orquestas, mejor conocido como big band, tuvo su época dorada en la Era de Trujillo, con la inauguración de La Voz del Yuna y posteriormente La Voz Dominicana. El AGN recibió donaciones de un buen número de partituras de este estilo que será recreado con una orquesta que pronto estará en escena bajo la dirección de Manuel Tejada.
