Desde sus orígenes, el arte ha servido como referente de un tiempo en la historia, logrando registrar una concatenación de hechos que en buena medida constituyen una memoria. En ese sentido, los artistas, a sabiendas de que sus obras se presentan como un elemento que además de referir emociones posibilitan múltiples lecturas por su carácter subjetivo, registran en sus trabajos escenas de la vida diaria. Algunos lo han hecho, otros no.
Al conmemorarse el bicentenario del natalicio del Patricio Juan Pablo Duarte, varias instituciones han procurado sumarse para rendir homenaje al ideólogo de la identidad nacional. Mientras la Fundación FIARTE, Centro Cultural ha dispuesto la presentación de un cuerpo de obras de Duarte, realizadas por destacados creadores del arte dominicano, asimismo el Congreso ha logrado reunir una nutrida colección de retratos del Patricio de la autoría del artista Miguel Núñez.
Recientemente asistimos, en el Tribunal Constitucional, al acto de desvelizamiento de un busto del Patricio, el cual ha sido cuidadosamente trabajado por el artista José Ramón Rotelleni. Felicitamos la iniciativa de esta institución y ojalá Efemérides Patrias se diera a la tarea de buscar un modelo de retrato y de escultura de Juan Pablo Duarte para que repose en las escuelas, instituciones, parques y demás espacios que entiendan necesarios en nuestro medio. De ese modo las futuras generaciones desde sus primeros años podrán distinguir no sólo la imagen de Juan Pablo Duarte, sino también la de Sánchez, Mella, Gregorio Luperón, Santiago Rodríguez y tantos otros que lucharon por nuestra soberanía. Pero insistimos, hace falta un modelo común, si no con el tiempo, no sabremos cuál de todos es el que más se ajusta a la realidad.
El arte y la cultura, son los mejores medios para que un pueblo asuma los elementos que lo legitiman y consagran como ciudadanos de una nación: una como la nuestra, libre e independiente.
