Así lo dijo el Papa Francisco (XII)

IntroducciónHoy ofrecemos temas, recogidos de sus discursos u homilías, tenidos en los meses de febrero y marzo 2015.1. El valor del sufrimiento humano“El sufrimiento interior…

Introducción

Hoy ofrecemos temas, recogidos de sus discursos u homilías, tenidos en los meses de febrero y marzo 2015.

1. El valor del sufrimiento humano

“El sufrimiento interior y físico de las personas suscita fuertes interrogantes sobre el sentido de la enfermedad y del dolor, y sobre el porqué de la muerte”. “Se trata de preguntas existenciales a las cuales la acción de la pastoral de la Iglesia debe responder a la luz de la fe, teniendo ante los ojos el crucifijo, en el cual aparece todo el misterio salvífico de Dios Padre, que por amor a los hombres entregó a su propio Hijo” (Palabras previas al rezo del Ángelus, 8 de febrero de 2015).

2. El demonio, padre de la división

“¿Quién es el padre de la guerra? Fuerte (niños: ‘el demonio’) Porque el diablo es el padre del odio. Es el padre de la mentira, de la falsedad. ¿Por qué? Porque no quiere la unidad. Por su parte Dios sí quiere la unidad. Si tienen en el corazón celos contra alguien, este es el inicio de una guerra. Los celos no son de Dios”.

“Es triste cuando en una familia los hermanos no se hablan por una tontería, porque el demonio toma esa tontería y la hace un mundo. Luego las enemistades continúan muchas veces por años. Y se destruye esa familia: los padres sufren porque los hijos no se hablan o la esposa de un hijo no le habla al otro. Y así las envidas… los celos. Esto lo siembra el diablo. Y el único que derrota al diablo es Jesús. El único que cura de estas cosas es Jesús. Por eso les digo a cada uno de ustedes: ‘déjese curar por Jesús’” (Visita en la tarde del domingo a la parroquia de San Miguel Arcángel en las afueras de Roma, 8 de febrero de 2015).

3. Jesús sana y salva al ser humano

“Jesús no tiene miedo del riesgo que supone asumir el sufrimiento de otro, pero paga el precio con todas las consecuencias”. “Son dos lógicas de pensamiento y de fe: el miedo de perder a los salvados y el deseo de salvar a los perdidos. Hoy también nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: a veces, la de los doctores de la ley, o sea, alejarse del peligro apartándose de la persona contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia, abraza y acoge reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la exclusión en anuncio” (Misa Casa Santa Marta, lunes 17 de febrero de 2015).

4. Saber llorar

“Saben hermanos -ha dicho improvisando- que los hipócritas no saben llorar, han olvidado cómo se llora. No piden el don de las lágrimas”. “Nos hará bien hacernos la pregunta: ‘¿Yo lloro?, ¿el Papa llora?, ¿los cardenales lloran?, ¿Los obispos lloran?, ¿los sacerdotes lloran?, ¿los consagrados lloran?’. El llanto en la oración que nace del alma, llega a la presencia de nuestro Dios”.

“Es importante para el sacerdote pedir el don de las lágrimas, también si el sacerdote no llora más, si no tiene esta capacidad de estar junto a las personas, de sufrir, de acompañarles en su sufrimiento”. (Misa Miércoles de ceniza, 18 de febrero de 2015).

5. Soy grande cuando me reconozco pecador

“Cuando uno aprende a acusarse a sí mismo es misericordioso con los demás: ‘Pero, ¿quién soy yo para juzgarlo si yo soy capaz de hacer cosas peores?”.
“Ten piedad de mí, Señor, ayúdame a avergonzarme y dame misericordia, así podré tener misericordia con los demás”. “Todos tenemos una excusa sobre nuestras faltas, nuestros pecados, y muchas veces somos capaces de poner esa cara de ‘Yo no he sido’, cara de ‘Yo no lo he hecho, quizás ha sido otro’: hacerse el inocente. Y así no se puede avanzar en la vida cristiana” (Misa Casa Santa Marta, día 2 de marzo de 2015).

6. El Dios que se humilla

“Nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde”. “Humillarse es ante todo el estilo de Dios. Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades”.

7. El látigo de Dios es la misericordia

“El látigo de Jesús con nosotros es su misericordia” porque “Jesús no da palos nunca”. “Caminamos en el mundo como Jesús y hacemos de toda nuestra existencia un signo de su amor para nuestros hermanos, especialmente los más débiles y más pobres, nosotros construimos a Dios un templo en nuestra vida. Y así lo hacemos ‘encontrable’ para tantas personas que encontramos en nuestro camino”.

“Si somos testimonios de este Cristo vivo, muchas personas encontrarán a Jesús en nosotros, en nuestro testimonio”. “La misericordia es su modo de hacer limpieza. Dejemos, cada uno de nosotros, que el Señor entre con su misericordia –no con el látigo, no, con su misericordia- a hacer limpieza en nuestros corazones”.

“El látigo de Jesús con nosotros es su misericordia. Abramos las puertas para que haga un poco de limpieza” (Palabras previas rezo del Ángelus, 8 de marzo de 2015).

8. Ser buen profesor

“Ser profesor no es solo un trabajo: es una relación en la que cada maestro debe sentirse enteramente implicado como persona, para dar sentido a la tarea educativa hacia los propios alumnos”. “Los animo a renovar su pasión por el hombre en su proceso de formación y ser testimonios de vida y de esperanza”. ‘¿Quién es el prójimo para un profesor?’.¡El ‘prójimo’ son los estudiantes!, exclamó. “Y aquellos con los que transcurre sus jornadas. Son los que por él tienen un guía, una dirección, una respuesta y, todavía antes, buenas preguntas”. “La escuela está hecha en verdad de una válida y cualificada instrucción, pero también de relaciones humanas, que de parte nuestra son relaciones de acogida, de benevolencia, de reservar a todos indistintamente”. (Catequesis audiencia general, 14 de marzo de 2015).

9. La ancianidad debe ser venerada

“Gracias a los progresos de la medicina la vida se ha prolongado: ¡pero la sociedad no se ha “prolongado” a la vida! El número de los ancianos se ha multiplicado, pero nuestras sociedades no se han organizado suficientemente para hacerles lugar a ellos, con justo respeto y concreta consideración por su fragilidad y su dignidad”.

“Mientras somos jóvenes, tenemos la tendencia a ignorar la vejez, como si fuera una enfermedad, una enfermedad que hay que tener lejos; luego cuando nos volvemos ancianos, especialmente si somos pobres, estamos enfermos, estamos solos, experimentamos las lagunas de una sociedad programada sobre la eficacia, que en consecuencia, ignora a los ancianos. Y los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar”. “Es verdad, la atención a los ancianos hace la diferencia de una civilización. ¿En una civilización hay atención al anciano? ¿Hay lugar para el anciano? Esta civilización seguirá adelante porque sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos. Una civilización en donde no hay lugar para los ancianos, en la que son descartados porque crean problemas… es una sociedad que lleva consigo el virus de la muerte”. (Catequesis audiencia general, 4 de marzo de 2015).

10. El Papa ante la muerte

“La vida está en manos de Dios. Yo le dije al Señor: Vos cuídame. Pero si tu voluntad es que yo me muera o que me hagan algo, te pido un solo favor: que no me duela. Porque yo soy muy cobarde para el dolor físico” (Entrevista concedida por el Sumo Pontífice a un diario de Argentina, 10 de marzo de 2015).

Conclusión

CERTIFICO que los diez temas, traídos más arriba son citas literales, tomadas de discursos u homilías del papa Francisco, siendo solamente míos los títulos de los mismos para situar y facilitar su lectura.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros a los veintiún (21) días del mes de mayo del año del Señor dos mil quince (2015). 

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