Nelson, tú tienes todo el derecho a discrepar de una opinión sostenida por este simple mortal que es Lidio Cadet, pero sobre la base de la verdad, porque la verdad es el único camino que nos puede conducir a la libertad, la paz y la realización del bien común.
Tú expresas que el titular de Ética e Integridad Gubernamental declaró que la justicia norteamericana no mencionó nombres y que había cerrado el caso (Odebrecht) que por demás resultaba abstracto. Como quien dice que eso moría ahí (Confr: “Esta fractura es diferente”, elCaribe, pág. 16, 20 de enero de 2017). En ninguno de los medios que se refirieron a mis declaraciones aparece la falsedad que tú asumes. Así el periódico Hoy, por ejemplo, en su edición del 27 de diciembre de 2016, pág. 4A, dice, entre otras cosas: “El director de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), Lidio Cadet, dijo ayer que hasta el momento es muy abstracto lo que se ha dicho sobre República Dominicana en el caso que se lleva en Brazil por supuesto soborno de la empresa Odebrecht, por lo que esperan documentos para proceder.
“Aseguró que el gobierno está presto para que el proceso sea ventilado ante los tribunales y que el que haya cometido un delito sea sancionado”.
Nelson, favor de conectar tu conciencia acerca de lo que yo realmente dije con tu versión de mi declaración respecto al caso Odebrecht, ¿estará tu conciencia tranquila?
Estoy convencido, estimado Nelson, que la única razón que tiene un ser humano para existir es para servir a la sociedad; de no ser así, su vida no tiene sentido, y es un desperdicio. Y la corrupción es servirse ilegalmente de la sociedad.
En el ejercicio de mi actividad política, siendo funcionario o no, nunca he manchado mi dignidad con el cáncer de la corrupción. Por consiguiente, si esa ha sido mi conducta en mi vida pública, mal podría yo transigir con posibles actos de corrupción. El que viola la ley y sustrae fondos públicos debe estar en la cárcel. El pueblo, con sus impuestos, paga al funcionario para que sirva idóneamente a los ciudadanos. Nadie tiene derecho a enriquecerse con el sudor del que está enfrente; cualquier persona puede aspirar a tener riquezas, pero con el sudor de su frente.
La democracia participativa es el mejor sistema posible ¡y la corrupción es un atentado criminal contra ella!
