Asociación de Salesianos cooperadores

INTRODUCCIÓNSeguimos hoy nuestra serie sobre Asociaciones, Movimientos y Nuevas Comunidades de laicos de la Iglesia Católica, organizados en la  Unión Nacional de Instituciones laicales (UNILCA).San Juan…

INTRODUCCIÓN

Seguimos hoy nuestra serie sobre Asociaciones, Movimientos y Nuevas Comunidades de laicos de la Iglesia Católica, organizados en la  Unión Nacional de Instituciones laicales (UNILCA).

San Juan Bosco (1815, Italia) fue un gran precursor de la espiritualidad y del apostolado de los laicos, porque predicó un siglo antes del Vaticano II que  la santidad no es solamente para los religiosos y para el clero, sino para todo el mundo. Siguiendo esta misma línea, fundó los Salesianos Cooperadores.

Pero él mismo no quiso ponerse como modelo en sus obras, así que llamó a sus seguidores “SALESIANOS”, porque decía que deberían tener como ejemplo a San Francisco de Sales (1567, Francia) en su trato con la gente, sobre todo con los jóvenes. Era un hombre sencillo, amable y pacífico: su modelo de vida fue San Francisco de Asís. Una de sus frases preferidas y más conocidas era: “Se cogen más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre”. Esta frase la tomó Don Bosco, para decirla, para practicarla y dejarla en herencia a los miembros de su familia espiritual, por eso somos salesianos y no bosquianos o bosconianos.

1. ¿Quiénes son los salesianos cooperadores?
La historia de los Salesianos Cooperadores, según escribió el mismo Don Bosco, se remonta al año 1841, cuando él comenzó a recoger los muchachos pobres y abandonados en la ciudad de Turín, al norte de Italia. Les reunía en almacenes, solares y en iglesias, donde eran entretenidos con amenas recreaciones; también eran instruidos y encaminados a recibir dignamente los santos sacramentos. A este espacio de formación cristiana, humana y recreativa lo llamó “Oratorio”, inspirado en san Felipe Neri (1515, Italia).

Don Bosco se encontraba frecuentemente rodeado por quinientos o seiscientos muchachos y era muy difícil mantenerlos en orden y proveerlos de todo. Fue entonces que muchos sacerdotes y laicos se asociaron a él para ayudarlo: con su trabajo personal y con sus aportaciones sostenían la obra. Eran llamados benefactores, promotores y también cooperadores. Don Bosco los encargó de dar catequesis, asistir a los jóvenes, guiarlos en las oraciones y el canto, prepararlos a los sacramentos, mantener el orden, acoger a los que llegaban, participar en los juegos; también les daban clases y les enseñaban algún oficio (repostería, carpintería, zapatería, imprenta…) Pero clases y juegos no bastaban, eran demasiado las necesidades de los muchachos, por eso las señoras no se quedaban atrás ayudando: remendaban y lavaban las escasas ropas de los oratorianos, cocinaban y les atendían como si fueran sus propios hijos. 

En 1858 Don Bosco presentó al Papa las Constituciones de la Congregación Salesiana, que contenían un capítulo XVI titulado “Externos”, en el que se refería a sus amigos y colaboradores del Oratorio, pero no fue hasta el 9 de mayo de 1876 cuando el Papa Pío IX puso su firma en el documento que aprobaba el Reglamento de ocho capítulos que presentaba como fin principal de los Cooperadores “la vida activa en el ejercicio de la caridad hacia el prójimo, especialmente la juventud”. Habían nacido los Salesianos Cooperadores en la Iglesia: y el mismo Papa Pío IX fue el primer inscrito en la Asociación.

2. ¿Qué hacen los salesianos cooperadores?
Don Bosco propuso a sus Cooperadores “la misma mies de la Congregación a la que se asocian”.  Comprende una amplia gama de acciones a favor de la juventud pobre y necesitada, pero siempre con estilo salesiano: paciencia, comprensión, amabilidad, bajando al nivel de ellos, con alegría.

Muchos Cooperadores encuentran a los jóvenes en la propia profesión que desempeñan: maestros, médicos, asistentes sociales, consejeros prematrimoniales, orientadores, psicólogos… Se preguntan ¿cómo actuaría Don Bosco en mi lugar? Y encuentran la respuesta en su testimonio de vida.

Otros transforman su tiempo libre en un espacio de fuerte compromiso al servicio de los jóvenes, en las actividades de la parroquia, del oratorio, del barrio. Muchos son animadores de grupos juveniles, otros trabajan en la animación litúrgica, en la catequesis y preparación a los sacramentos, también trabajan con emigrantes y muchachos con problemas (palomos, huérfanos, canillitas, chiriperos…) Algunos Cooperadores dedican sus vacaciones a trabajar en “campamentos de verano y animación cristiana”.

El compromiso de los Salesianos Cooperadores se orienta fundamentalmente a la defensa de los valores cristianos de la familia: armonía en el hogar, denuncia contra el aborto, lucha contra el abuso infantil, contra la pornografía y la droga. La comunicación social es un campo recomendado especialmente por Don Bosco a los Cooperadores.

Otra realidad que recibe apoyo decidido de los Cooperadores son las misiones, haciendo más fácil la labor de muchos misioneros en países del tercer mundo. Las posibilidades de cooperación son inmensas.

3. ¿Cómo lo hacen?
Don Bosco quiso siempre que sus Cooperadores estuviesen unidos en una organización muy flexible, capaz de adaptarse a las diversas situaciones locales: la ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES Y SALESIANAS COOPERADORAS, una organización mundial que da soporte fraterno, orientación y alimento espiritual a todos los Cooperadores y Cooperadoras en el mundo.

Toda la geografía mundial está dividida en 11 Regiones, que facilitan la labor de animación; éstas a su vez, están integradas por 91 Provincias. Finalmente, el primer eslabón de la cadena asociativa y núcleo central de la Asociación lo constituyen los Centros Locales (alrededor de un millar esparcidos por el mundo). El Centro nos permite no andar solos y disponer de una comunidad de referencia en nuestra vida cristiana y salesiana, que se mantiene en comunión fraterna con todos los Salesianos Cooperadores y Cooperadoras repartidos por el mundo, mediante los distintos niveles de animación que tiene la Asociación: nacional, provincial, regional y mundial, orientados por los Consejos respectivos, bajo el ministerio del Rector Mayor, representante de Don Bosco, quien ejerce su autoridad y paternidad espiritual, que aglutina a la Familia Salesiana en torno a él. Para animar la Asociación a nivel mundial y coordinar sus iniciativas, le asiste un Consejo Mundial que tiene su sede en Roma.

Asumiendo los planes de la Iglesia local y en comunión con los demás grupos de la Familia Salesiana presentes en nuestro país: Salesianos de Don Bosco (SDB), Hijas de María Auxiliadora (FMA), Hijas de los Sagrados Corazones (HHSSCC), Misioneras Parroquiales (MPMA), Devotos de María Auxiliadora (ADMA), Voluntarias de Don Bosco (VDB), Damas Salesianas (DDSS), Exalumnos de Don Bosco (FEDEBOSCO), Exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora (FANEX), los SSCC tenemos presencia en Santiago, Jarabacoa, Moca, La Vega y Santo Domingo, donde existen seis Centros Locales para un total de diez a nivel nacional.

Estamos desde 1979 en República Dominicana, que junto con Cuba y Puerto Rico constituye la Provincia Antillas, parte de la Región Interamérica, integrada además por Canadá, USA, México y América Central.

4. ¿Por qué lo hacen?
Porque nos damos cuenta de que la labor iniciada por san Juan Bosco en Turín estuvo por encima, incluso, del mismo entendimiento de Don Bosco. No fue una “idea genial” ni un planteamiento político o sociológico, sino algo mucho más profundo, que los muchachos pudieron captar de inmediato: era una obra de amor, que es como decir: una obra de Dios. Tampoco fue una casualidad, sino un camino de muchos años (desde los nueve hasta que se encontró con Bartolomé Garelli), recorrido siempre bajo la iluminación del Espíritu Santo y contando con la intercesión materna de María.

Lo hacemos porque somos conscientes de que la obra inspirada por el Espíritu Santo a Don Bosco debe continuar, y es el mismo Espíritu quien nos interpela, nos llama a vivir el compromiso de nuestro bautismo con el carisma salesiano iniciado por Don Bosco, con su misma espiritualidad, utilizando como método pedagógico el Sistema Preventivo por él desarrollado, cimentado en tres pilares: la razón, la religión y el amor.

Nos esforzamos por hacer realidad el ideal de Don Bosco: que los niños y jóvenes lleguen a convertirse en buenos cristianos y honrados ciudadanos. Tratamos de ser signos y portadores del amor que Dios les tiene, para que alcancen la salvación a través del encuentro con Jesús resucitado.

Como nuestro fundador, estamos convencidos de que la juventud es la porción más preciosa de la humanidad, de la que depende el futuro y la instauración del Reino de Dios en el mundo, por eso nos identificamos con su lema de vida: “Dame almas y llévate lo demás”. Porque tenemos la certeza y seguridad de contar con la misma Madre y Maestra que Dios le ofreció a Don Bosco: María Auxiliadora, que nos brinda su intercesión, su apoyo maternal y su ejemplo de discípula fiel, confiada y dispuesta a seguirle hasta el final.

5. Oración:
Señor, abre nuestro corazón a la bondad y el respeto hacia todas las personas.
Ayúdanos a imitar el ejemplo de San Francisco de Sales y de San Juan Bosco en nuestras vidas, de modo que seamos siempre amables y tolerantes con los demás, que todo lo que hagamos sea con amor, para  que lleguemos a realizar la misión que Tú nos has encomendado al concedernos la vida, de ser signos y portadores de tu amor entre los jóvenes, especialmente los más necesitados y marginados, para hacer de ellos buenos cristianos y honrados ciudadanos.
María Auxiliadora, ruega por nosotros.

CONCLUSIÓN

CERTIFICO que los datos recogidos en mi artículo “ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES” me fueron suministrados por Directivos de dicha Asociación en República Dominicana.

DOY FE en Santiago de los Caballeros, a los veintiocho (28) días del mes de agosto del año del Señor dos mil catorce (2014).

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