Un asunto pendiente: los ingresos del Señoreaje

El señoreaje es un concepto que se originó en Inglaterra y Francia entre los años 1400 y 1450, cuando sus soberanos decidieron financiar parte de sus gastos con los beneficios que obtenían por la acuñación de monedas con un valor intrínseco…

El señoreaje es un concepto que se originó en Inglaterra y Francia entre los años 1400 y 1450, cuando sus soberanos decidieron financiar parte de sus gastos con los beneficios que obtenían por la acuñación de monedas con un valor intrínseco (costo de producción) inferior a su valor nominal. En los tiempos modernos, el concepto se mantiene vigente, extendiéndose a los beneficios que obtienen los gobiernos al emitir billetes. En la mayoría de los países, para fines fiscales, los bancos centrales determinan el valor del señoreaje a partir de lo que se conoce como el señoreaje del costo de oportunidad. Cuando el banco central emite dinero, crea un pasivo libre del pago de intereses. Dado que el dinero emitido permite al banco central “comprar” activos que si devengan intereses, como son los títulos de deuda gubernamental en poder del resto del sistema bancario (mercado secundario), el banco central termina recibiendo un ingreso por intereses que se convierte, una vez deduce el costo de producción de los billetes, en un beneficio.

¿Qué hacen los bancos centrales de los países desarrollados con ese beneficio? El Banco de Inglaterra, por ley, está obligado a enviarlo anualmente al Tesoro británico (Ministerio de Hacienda). Para garantizar la mayor transparencia posible, el Banco de Inglaterra tiene dos Departamentos, el Bancario y el de Emisión, cada uno con estados de ingresos y gastos totalmente separados. Todos los beneficios que obtiene el Departamento de Emisión son enviados al Tesoro, quien los utiliza para cubrir parte de los gastos públicos. En algunos años, los ingresos del señoreaje percibidos por el Tesoro británico han sido relativamente importantes. En 1974, por ejemplo, ascendieron a 0.79% del PIB. En los últimos años han caído estrepitosamente debido a la dramática baja en las tasas de interés que pagan los títulos gubernamentales que el Banco de Inglaterra mantiene en sus activos para respaldar el pasivo de la emisión monetaria. En el 2014, la tasa de interés promedio percibida por el Departamento de Emisión fue de apenas 0.90%, provocando que los ingresos del señoreaje ascendiesen a sólo 506 millones de libras esterlinas (US$830 millones).

En los Estados Unidos, el Banco de la Reserva Federal (FED) está obligado también a enviar al Tesoro los beneficios que obtiene el primero por la emisión de billetes y monedas. En el 2015, el Tesoro norteamericano recibió US$97,700 millones (0.54% del PIB) por concepto de los beneficios del señoreaje obtenidos por el FED.

Lo mismo sucede en Europa. Los bancos centrales nacionales de los países de la Eurozona (Banco Federal de Alemania, Banco de Francia, Banco de Italia y el Banco de España, entre otros) responsables de la emisión del 92% de los euros en circulación dentro y fuera de la Unión Monetaria, obtienen ingresos por concepto del señoreaje y al igual que sucede en Inglaterra y Estados Unidos, envían los beneficios al dueño del monopolio de la impresión de billetes y monedas: los gobiernos de los países miembros de la Eurozona. El 8% restante de los euros en circulación son emitidos por el Banco Central Europeo (BCE). Este también obtiene ingresos del señoreaje, los cuales son distribuidos a los bancos centrales nacionales en función al aporte de capital clave que han hecho al BCE. El señoreaje obtenido por el BCE ha caído dramáticamente debido al colapso de la tasa de interés promedio de los títulos de deuda de los gobiernos de la Eurozona que tiene en sus activos para respaldar el pasivo de la emisión monetaria de euros. Mientras en el 2008 los beneficios de señoreaje percibidos por el BCE ascendieron a 2,224 millones de euros, el año pasado, apenas alcanzaron 33 millones, debido a que la tasa de interés que percibió el BCE por los títulos gubernamentales sobre sus activos de respaldo fue prácticamente nula (0.048%). El señoreaje total bruto percibido de los bancos centrales nacionales de la Eurozona y el BCE en el 2015 fue bajísimo, unos 525 millones de euros.

En nuestro caso, el Banco Central (BCRD) también obtiene ingresos por concepto de la emisión de los billetes y monedas. Utilizando la base monetaria mensual (dinero en circulación más las reservas requeridas por concepto de encaje depositadas en el BCRD) y la tasa de interés inter-bancaria promedio ponderada mensual, se tiene que los ingresos brutos del señoreaje en República Dominicana ascendieron a RD$11,485 millones (0.38% del PIB) en el 2015. Para el 2016, se proyectan ingresos brutos del señoreaje ascendentes a RD$13,944 millones (0.42% del PIB). En el período 2000-2015, los ingresos totales brutos del señoreaje obtenidos por el BCRD alcanzaron RD$162,073 millones.

En el marco de una renovada y más fructífera comunicación entre el BCRD y el Ministerio de Hacienda (MH) para abordar con profundidad y rigurosidad los temas del déficit cuasi-fiscal, el traspaso de la deuda interna del BCRD al MH y la magnitud de la recapitalización del BCRD realmente necesaria, será necesario incluir en la agenda los siguientes puntos: (1) cómo debieron asentarse los ingresos brutos acumulados del señoreaje que obtuvo el BCRD durante los últimos 16 años y cómo deben asentarse en lo adelante, dado que sólo ha registrado los costos de producción de billetes y monedas; (2) cómo se asentarían retroactivamente estos ingresos en el Estado de Resultados del BCRD y cómo impactarían el resultado del déficit cuasi-fiscal y las Cuentas por Recibir del Gobierno Dominicano; (3) la cancelación de los bonos de recapitalización en poder el BCRD; y (4) luego cancelar los bonos de recapitalización y las Cuentas por Recibir – GORD del activo y traspasar al MH la deuda interna del BCRD asentada en su pasivo, la determinación del valor presente neto de la futura corriente de señoreaje que tendría que registrarse en los activos del BCRD para llevar su patrimonio o capital por lo menos a cero (Willem H. Buiter), aunque para algunos, como Paul De Grauwe, profesor del London School of Economics, esto es innecesario pues dado que un banco central nunca incumplirá su compromiso ya que siempre podrá emitir la cantidad de dinero que sea necesaria para repagar a sus acreedores, no tiene sentido utilizar el valor presente neto de la futura corriente de señoreaje como límite a las pérdidas que podría acumular un banco central, como tampoco lo tiene el argumento de que este último tiene que tener un patrimonio positivo para ser solvente ni el que sostiene que si su patrimonio es negativo tiene que ser recapitalizado por el Tesoro o Hacienda. El único respaldo que necesita un banco central es que el Gobierno mantenga el poder monopólico de emitir dinero en el territorio en el cual tiene jurisdicción soberana.

Algunos podrían argumentar que la inclusión del señoreaje en los cálculos del déficit cuasi-fiscal podría flexibilizar un poco la política monetaria, llevando la inflación del 1.75% de los últimos 12 meses (abril-abril) a cerca de 3.5% anual. ¿Sería eso realmente un problema? ¿Acaso la meta de inflación para el 2016 no es de 4.0%? Incluso, contribuiría a reducir las anormalmente altas tasas de interés reales que ofrecen el BCRD y el MH sobre sus títulos de deuda pública.

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