El presidente Danilo Medina ha dado demostraciones de que tiene las mejores intenciones de conducir al país por senderos de crecimiento y de progreso, a partir de políticas económicas efectivas y de programas educativos certeros.Sin embargo, esas buenas intenciones no son suficientes para alcanzar ese cometido y sus grandes esfuerzos a veces transitan en el vacío por la falta de ayuda, no solo de sus colaboradores y correligionarios, sino por una serie de problemas heredados, que le han cortado un poco las alas en su vuelo hacia el desarrollo.
Bastaría enumerar algunos de los escollos encontrados por el mandatario al asumir las riendas del Estado y otros que, con el paso de los días se han sumado, haciendo más difícil el manejo de las políticas públicas y el ejercicio de la democracia. Los antidominicanos dominan el escenario.
El control total del Poder Judicial, incluyendo el manejo del Ministerio Público, el Legislativo y de los órganos que inciden en la actividad social, como son los tribunales de máxima decisión, fue centralizado antes de su llegada al Gobierno, razón por la cual, es muy poca su influencia en decisiones de conveniencia para la nación.
La falta de controles efectivos en el combate al crimen organizado y a la delincuencia común, con la incursión de militares y policías de manera constante en hechos vergonzosos, dificultan la fe de los ciudadanos en una gestión a la que solo le están viendo buenas intenciones y no la acción que se requiere para buscar soluciones efectivas.
El desorden en el sistema eléctrico, la falta de apoyo efectivo de gran parte de los dueños de la economía, la corrupción administrativa, la ausencia de sinceridad en la inversión y la incursión de extranjeros en las decisiones propias de la soberanía del país, constituyen otro muro de contención para un buen ejercicio.
El presidente Medina tiene que empantalonarse, no dejarse dominar por las opiniones y las voces agoreras, cuyos intereses políticos, económicos e ideológicos ellos colocan por encima de la patria. Pero nosotros, como dominicanos, tenemos que hacer un esfuerzo mayor, apoyar al mandatario en sus iniciativas y, facilitarle que pueda producir los cambios que se necesitan y esperan ahora. ¡Por favor, ayudemos a Danilo!
