Bailarín que «solo quería volar», entre muertos de Bagdad

Jordania. — Un bailarín iraquí autodidacta que desafió la cultura conservadora y las amenazas en su país, antes de debutar en los teatros el año pasado, fue uno de los muertos que dejó un masivo ataque suicida en Bagdad el fin de semana.

Jordania. — Un bailarín iraquí autodidacta que desafió la cultura conservadora y las amenazas en su país, antes de debutar en los teatros el año pasado, fue uno de los muertos que dejó un masivo ataque suicida en Bagdad el fin de semana.

Adil Faraj, de 23 años, estaba comprando ropa en el barrio de Karada para el feriado islámico de Eid al-Fitr, que marca el final del mes sagrado del Ramadán, cuando ocurrió el ataque. El feriado comienza el miércoles en Irak.

Un atacante suicida del grupo extremista Estado Islámico hizo explotar un camión cargado de explosivos en una concurrida zona comercial alrededor de la 1 a.m. del domingo, en momentos en que muchos residentes estaban en la calle tras el final de un ayuno religioso. Para el martes, la cifra de fallecidos había ascendido a 175. Fue uno de los peores ataques en más de una década de guerra y violencia en la capital iraquí.

Faraj, recientemente graduado de Derecho y quien el año pasado viajó a Jordania para su debut como bailarín, murió en el atentado.

«Desearía tener una máquina del tiempo para viajar al pasado y arreglar lo ocurrido», dijo su hermano menor, Bilal, de 18 años, quien habló con The Associated Press por teléfono desde Bélgica, donde vive como refugiado.

El cadáver de Faraj fue hallado intacto, dijo Bilal. El lunes, fue enterrado en un cementerio en la ciudad chiita de Najaf, al sur de Bagdad.

Su padre lloró en el funeral, dijo Bilal. Su madre está inconsolable y no ha logrado hablar con ella por teléfono, pues no para de sollozar.

Faraj rechazó la cultura conservadora iraquí y aprendió danza a través de YouTube y vía Skype, inspirado por una actuación de Michael Jackson que vio en un DVD.

Bailaba en la estrecha casa de la familia, a escondidas de una sociedad que desdeña esta rama del arte y alejado del caos que envolvió a Irak tras la invasión estadounidense de 2003.

Entonces, fue descubierto por la compañía de danza de Nueva York Battery y trasladado a Jordania para entrenarse profesionalmente y actuar por primera vez en un escenario.

En una sala oscura en Ammán, Jordania, bajo la luz de un solo foco, se movió lentamente al ritmo de la evocadora canción «Mad World» de Gary Jules, en su primer solo.

Faraj dijo después en una entrevista con la AP que la experiencia había sido «como un sueño».

Aunque entonces señaló que la inestabilidad y la sociedad conservadora de Bagdad ya no lo hacían sentir en casa, siguió viviendo en Irak con su familia para poder terminar sus estudios.

También se enamoró y tenía planes de casarse este verano. Él y su prometida soñaban con mudarse a Estados Unidos para que Faraj pudiera dedicarse a la danza profesionalmente.

«No cumplió su sueño», lamentó su hermano.

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