En el barrio El Dique cambian la basura por comida

Rodeados de pobreza y precariedades, cientos de personas del barrio El Dique ayer hacían filas con fundas de botellas plásticas a su lado para cambiarlas por comida, como parte del programa “Vida sobre el Ozama”.Aproximadamente cuatro…

Rodeados de pobreza y precariedades, cientos de personas del barrio El Dique ayer hacían filas con fundas de botellas plásticas a su lado para cambiarlas por comida, como parte del programa “Vida sobre el Ozama”.

Aproximadamente cuatro mil niños, adultos y envejecientes colmaron las enlodadas calles del referido sector, en Santo Domingo Este, para entregar fundas negras llenas de botellas para ser beneficiados con una ración alimenticia que contiene arroz, aceite, chocolate, jabón y sal, entre otros productos.

La iniciativa del padre Manuel Ruiz  en coordinación con el voluntariado del Banreservas busca, de una manera diferente, sanear la zona a orillas del citado río, pero haciendo una especie de trueque con los moradores de la comunidad que permitirá una mayor limpieza en el sector y zonas aledañas.

“No hay manera de que se limpie el río si las personas no ven que eso tiene un valor para ellos, ahora recogen las botellas y las traen. Ellos mismos están limpiando y ya no tiran botellas al suelo”, explicó el religioso antes de iniciar el cambio “basura por comida”. Además, dijo que con esto espera que se cree una cultura de limpieza y reciclaje en el país.

Aunque la actividad se ideó para los residentes de El Dique, en localidades como Los Guandules, Guachupita, Gualey, La Ciénaga y hasta Sabana Perdida, se han beneficiado con los alimentos. 

El párroco pidió la participación de otras empresas e instituciones que quieran unirse a esta causa, para seguir ayudando a personas de escasos recursos.

El cambio de basura por comida se inició hace cinco semanas y hasta ahora no tiene fecha de término, según explicó el religioso.

“Me siento muy bendecida con el programa que gracias a él he podido llevarle una comprita a mis cinco hijos y eso me hace muy feliz”, dijo Basilia de la Cruz, quien cargaba en sus manos seis fundas, por las cuales le entregarían dos tickets para alimentos.

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