Benditos permisos

¿Aparecerá alguien que pueda ofrecerle a la opinión pública una explicación detallada, precisa, libre de subterfugios…

¿Aparecerá alguien que pueda ofrecerle a la opinión pública una explicación detallada, precisa, libre de subterfugios de cómo se conceden los permisos para los peloteros jugar en el torneo invernal?

Y no me refiero a burdas excusas ni baratas declaraciones que encubren incapacidad.

Lo ideal es que un conocedor del negocio hable con sobrada propiedad sobre si estas autorizaciones existen, cuál es el protocolo, cómo se llena la solicitud, a quiénes se les da copia en el proceso y el plazo para ser emitidas.

¿Se habla directamente con la gerencia de la organización en cuestión? ¿O es el pelotero que se escuda bajo ese manto para hacer las cosas a su antojo?

La ambivalencia de este sistema alcanza niveles insospechados. Por un lado, la fatiga mueve a los equipos a impedirles que accionen. En el mismo tenor, llama poderosamente la atención que si su profesión es jugar pelota, se te quiere tener lejos del espacio donde debes desarrollarte.

Por más que se diga, el pelotero está mejor en el terreno que fuera con las distracciones.

Pero vuelvo con las dos caras de la moneda: el mismo pelotero que cuando no tiene nada deja el pellejo en el terreno, es el mismo que después de enriquecer más sus cuentas decide no ponerse el uniforme si no tiene el santo permiso.

Pero si después no tiene contrato, en un retorno al punto de origen de su carrera, se pasea por la oficina y si se midieran sus intenciones con un termómetro estaría sudando una fiebre en 50.

No sé qué rol juegan los agentes de los peloteros en este juego de intereses. La verdad es que después de que Miguel Tejada jugó aquí en su año de MVP y con un salario que no lo brincaba una brigada de caprinos, deberían pensarlo dos veces antes de justificarse con cuentos de camino.

Apunte esto

La mano que mece la cuna en la NBA insiste en controlar el destino de los jugadores… Mientras, la imagen de la liga pierde puntos… Los juegos invernales pasan de las tres horas y media con facilidad… Eso debe frenarse, aunque no me sorprendería una tesis al respecto.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas