Retrotrae al filme Ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio De Sica. La gran diferencia aquí es que al haberse realizado el filme mismo en una sociedad basada en preceptos ortodoxos islámicos en un país con fuerte teocracia cuasi fascista, le hace merecedor de atención. Traspasa lo políticamente correcto que acomoda intereses mandados por una sociedad patriarcal.
La historia simple se traduce así en una fuerte cosmovisión de un cine político de extrema trascendencia. El hecho de que el filme se materialice muestra un cierto avance en lo social aunque esté lejos de avances políticos, pues el hecho de que sean los hombres que lo “permiten,” y no las mujeres, muestra lo obvio. Pues en todo ese marco social y político es que actúa el filme: una niña quiere hacer cosas que solo están permitidas para varones.
Parece una historia simple, pero es que algunos de los mejores filmes con historias similares andan por ahí, sin usted percibirlos: El Globo Blanco, de Jafar Panahi; ¿Dónde está la casa de mi amigo?, de Abbas Kiarostami; Los niños del paraíso, de Majid Majidi, y clásicos como 400 golpes, de François Truffaut.
Lo que mejor se aprecia de este filme es su construcción, la cámara detallista, el carisma de la actriz protagonista. Al traspasar la barrera de lo políticamente correcto, la guionista y directora no pierde su foco en el objetivo que, pese a mostrar la opresión que vive la mujer sojuzgada por tiránicos preceptos apoyados en El Corán, sin embargo tergiversan las buenas lecciones del Islam a su acomodo, el filme muestra una esperanza de que todo eso cambie y de que la única manera de cambiar es con el concurso de la mujer venciendo todos los obstáculos que le impidan decidir por sí misma para obtener lo que la haga, simplemente, feliz y realizada.
Una vez comience a ver este tipo de filme, aseguro que usted va a encontrar auténticas historias que no se olvidan a los 2 minutos que acabe y suben los créditos.
HHHH Dirección y Guión: Haifaa Al-Mansour. Género: drama Duración: 98 minutos