Brasilia realiza honras fúnebres a Niemeyer en Palacio del Planalto

BRASILIA (AP) — El cuerpo del arquitecto Oscar Niemeyer fue velado el jueves en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia…

BRASILIA (AP) — El cuerpo del arquitecto Oscar Niemeyer fue velado el jueves en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia brasileña y una de las creaciones que legó a Brasilia, la joven capital del país que alberga un verdadero museo al aire libre de su obra.

Fallecido la víspera en el Hospital Samaritano de Rio de Janeiro, el cuerpo del arquitecto fue trasladado en avión a Brasilia para ser velado antes del sepelio programado para el viernes en Rio. El 15 de diciembre hubiera cumplido 105 años.

Un camión de bomberos trasladó el féretro del aeropuerto de Brasilia al centro presidencial, y a su paso recibió los aplausos de multitudes que rindieron honores al arquitecto más conocido de Brasil.

Al llegar al palacio presidencial, el féretro fue subido por la rampa presidencial por cadetes de la Policía Militar, un ritual reservado para jefes de estado, y recibido por la presidenta Dilma Rousseff acompañada de Vera Lúcia Niemeyer, viuda del arquitecto, en el Salón Noble de la presidencia.

«Niemeyer fue (…) el autor intelectual de Brasilia, la capital que cambió el eje de Brasil para el interior. Nacionalista, se convirtió en el más cosmopolita de los brasileños, con proyectos presentes por todo el país, Estados Unidos, Francia, Alemania, Argelia, Italia e Israel, entre otros países», comentó Rousseff en una declaración.

Agregó que «Brasil perdió a uno de sus genios. Es día de llorar su muerte, es día de saludar su vida».

En el palacio, representantes de los tres poderes del estado, cuerpo diplomático y familiares de Niemeyer acompañaron la vela antes de que las puertas de la sede de la presidencia fueran abiertas para que centenares de personas que esperaron en una extensa fila bajo el sol inclemente de Brasilia pudieran entrar a despedirse del arquitecto.

«Mi sueño fue conocer a Niemeyer, pero ya que no pude conocerlo en vida, voy a conocerlo muerto», manifestó a la AP José Grilo, de 70 años, vestido enteramente de negro, mientras esperaba en la fila para entrar a la vela. «Vivo en Brasilia desde 1960, crecí viendo estas calles, estos edificios, por eso siempre admiré a Niemeyer», agregó el jubilado, hijo de obreros que llegaron a trabajar en la ciudad.

Igualmente, la estudiante Daniela Menezes dijo que siempre vio a Niemeyer como una inspiración. «Él fue un ídolo para mi, fue por causa de él que decidí estudiar arquitectura. Crecí en Brasilia y tengo mucho orgullo de lo que hizo ese hombre admirable», comentó la joven en la Plaza de los Tres Poderes, una de las creaciones de Niemeyer, situada entre el Palacio del Planalto, el Congreso y la sede del Tribunal Supremo Federal (corte suprema), todos concebidos por el fallecido arquitecto.

Brasilia, inaugurada en 1960, alberga algunas de las obras más representativas de Niemeyer, desde los faraónicos edificios del gobierno, hasta la diminuta Iglesia de Fátima, que asemeja un sombrero de monja.

La ciudad es una muestra de diferentes fases de su creación, pasando por las obras más asequibles para el público, como la Catedral, inspirada en la corona de espinas de Cristo, hasta obras en las que predomina la robustez del concreto, como la sede del Tribunal Superior de Justicia. Otras de sus obras que engalanan Brasilia son el Museo de la República, que recuerda al planeta Saturno, y la sede de la Procuraduría General de la República, formada por dos cilindros de vidrio que parecen suspendidos en el aire.

Niemeyer fue internado en el Hospital Samaritano de Rio de Janeiro el 2 de noviembre, y desde entonces fue sometido a tratamientos de diálisis y terapia respiratoria, pero nunca pudo recuperarse y murió el miércoles a altas horas de la noche.

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