No pasan de ser bravuconerías emotivas, surgidas talvez por las altas temperaturas de los últimos días, los pronunciamientos destemplados e irracionales de gente que dice ejercer la política para el servicio colectivo pero que con este accionar muestra mucho más interés por lo individual. No es verdad que hay que matar a nadie para que deje una curul en la que los electores no le respaldaron para ser reelecto. Tampoco es verdad que un bocón va a impedir que se cumpla el mandato soberano de los ciudadanos para escoger sus representantes, como si los asientos en la Cámara de Diputados fueran propiedad personal de nadie. Esa es una comiquería más de quien no hace su trabajo y se estrella con el muro de la indiferencia de los sufragantes. Lo mismo puede decirse del flamante candidato a senador por la gran provincia que quiere justificar su revés en las urnas bajo el argumento no probado de que “más de 800 mil votantes fueron sacados del padrón” dizque para perjudicar su candidatura (¡¡¡Aaayyy, qué miedo!!!). Aquí el que hizo su trabajo ganó, el que no lo hizo perdió. Y si la diferencia fue un voto, usted ganó o perdió, pero déjense de promover la consigna de que ¡aquí va a haber candela!. ¡Nooo, nooo y nooo! No va a haber ninguna candela. Se impondrá el civilismo y la razón. Y las autoridades deben actuar contra los que están promoviendo e impulsando desórdenes violentos para pescar en río revuelto. Hay que respetar los derechos de todos los ciudadanos, pero todos los ciudadanos tienen que respetar también a quienes no tienen sus mismas ideas. Es esa la convivencia civilizada. Y por una vez más: Aprendamos que a una competencia se acude a ganar o a perder…
Chequeados
Apropósito de la promoción de desórdenes violentos en diversos puntos, los organismos de inteligencia y seguridad del Estado están al día de todo. Está el caliesaje en acción que manda madre. Ojalá que no se pasen. Todos están chequeados.
