Días atrás un mecánico particular “diagnosticó” que el filtro del aire de mi carro estaba deteriorado. Calificando esta pieza de “pulmones” del vehículo, me recomendó reemplazarla rápidamente. Con ese objetivo arribé el sábado a un establecimiento especializado de la Av. 27 de Febrero. Un responsable me dijo que la parte estaba normal, que al momento no era necesario sustituirla. Música para mis oídos y una increíble sorpresa.
Lo típico en el mundo mecánico automotriz criollo es el timo, extorsionar al cliente inexperto, particularmente si es mujer. Era increíble aquella honestidad ante mi inocente requerimiento. Aquel comportamiento ético me dejó una grata impresión de ese negocio que visitaba por primera vez. Fue mi motivo para agradecer del día. l
