A partir de que las pasadas elecciones finalizaron con ninguna mesa impugnada, el modelo de la Junta Central Electoral funcionando exclusivamente como administradora se estrena como más eficaz frente al anterior de “juez y parte”. Es curioso, que el hito sucede también en los primeros sufragios conformado por el Tribunal Superior Electoral.
Los miembros de ese órgano quedan sin oficio hasta 2016, salvo que las convenciones internas de los partidos les ocupen antes. Naturalmente, el forzado ocio no disgusta al país ni ha de desanimarlos a ellos, cuya laboriosidad es reconocida.
Mariano Rodríguez, Mabel Félix, José M. Hernández, Marino Mendoza y John Guiliani son los únicos asalariados del Estado que nunca motivarán queja por “cobrar sin trabajar”.
