Es fácil distinguir a un cinéfilo. El resto del mundo piensa en mayo como el mes de la lluvia; la cinefilia piensa en Cannes. Sueña con la Costa Azul, donde la magia del cine mueve las sombras. Un festival al que todo amante del séptimo arte debería ir. Al menos una vez.
Cada año, lo más selecto del cine mundial se agrupa en las distintas secciones del Festival de Cannes. Desde las películas En Competencia, que son propuestas de autor para el gran público, hasta Un Certain Regard, que reúne trabajos de estética vanguardista, Cannes es uno de los festivales más cosmopolita del universo cinematográfico.
Pero las películas no son el único protagonista. En este banquete también está la gente que las hace; directores, productores, actores y técnicos. Está la crítica, que fabrica reputaciones y crea templos de adoraciones y odios. Todo lo bueno y lo malo del cine en el mismo lugar.
Además de las fotografías de la alfombra roja que ocupan las páginas de los diarios y revistas, las críticas polémicas y las afirmaciones del Lars Von Trier de turno, Cannes logra lo que debería ser la misión de todo festival: celebrar el cine y su conquista como expresión universal.
El festival traza, más allá de su duración, la agenda de todo el amante del cine. Es la puerta por donde entra al conocimiento público una parte de lo que será lo mejor del cine del año. Varias de las películas que se proyectan allí, comienzan a ser nombres comunes en las listas de favoritas de los críticos y espectadores más exigentes. Con esto, el festival cumple un trozo de su misión, al ser una plataforma de promoción del arte de “esculpir el tiempo”.
Lo que nació como una respuesta francesa a la Mostra de Venecia, se ha convertido en un legado cultural que retrata la contemporaneidad desde la mirada de artistas de todas las latitudes. En Francia nació el cine y Cannes se ocupa de presentar cómo renace.
Nombres como Michael Haneke, Jacques Audiard, Leo Carax, Abbas Kiarostami, Carlos Reygadas, Hong Sangsoo, Nanni Moretti, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, Béla Tarr, Lars Von Trier, Wong Kar-wai y David Lynch son algunos del gran puñado de artistas que han presentado sus creaciones en Cannes en este siglo. ¿Se puede hablar de cine contemporáneo sin estos nombres? Es obvio que faltan muchos, los cuales no han pasado por el festival en estos últimos 13 años (hay otros que sí). Más, esto no le resta el mérito que Cannes tiene de reunir las obras de cineastas de los cuales, probablemente, estaremos hablando por mucho tiempo. Quizás por siempre.
Por estas razones y muchas otras estar ahí es, para los que amamos el cine, una experiencia inolvidable. Sin duda, en el país que recibe más turistas a nivel mundial, los románticos sueñan con París, nosotros con Cannes.
Festival de Cannes
Fecha: 15 al 26 de mayo.
