Cárcel Najayo: Tres mundos separados por barrotes

Najayo, en San Cristóbal, es el escenario donde tres recintos carcelarios reflejan la notoria diferencia entre los centros del viejo y del nuevo modelo de gestión.

Najayo, en San Cristóbal, es el escenario donde tres recintos carcelarios reflejan la notoria diferencia entre los centros del viejo y del nuevo modelo de gestión. Tal si fuera un crucifijo, en un extremo está la cárcel de menores, carente de custodia, llena de grafitis y con parte de sus talleres de enseñanza cerrados “momentáneamente”.

Luego llegamos a Najayo-mujeres, donde el reluciente piso sumado a la impecable pintura y la organización te da la sensación de estar en otro país, ilusión  que se deteriora al pisar la cárcel de los hombres,  contexto de la más deprimente situación de marginalidad y hacinamiento: los reos preparan sus comidas en anafes improvisados al lado de una pila de basura, y se amontonan en la puerta unos contra otros al momento de ver visita.
 
Este último penal, visiblemente deteriorado, es objeto de un proceso de remodelación para ser convertido en una cárcel del Nuevo Modelo. Para finales de este año las autoridades buscan terminar la transformación para que Najayo-hombres sea  solo de condenados y La Victoria de preventivos. Sin embargo, la conversión de Najayo-hombres al nuevo modelo se espera que termine en julio.  
Eran las 9:30 de la mañana cuando el procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, caminaba por el pabellón de los internos en el centro de menores, el agua salía por debajo de las puertas de las celdas hasta mojar el pasillo. El magistrado justo hablaba con uno de los 196  reos del penal con edades comprendidas entre los 14-17 años de edad, antes de anunciar que solicitó al presidente que se declare de utilidad pública “La Ciudad del Niño”, para que pase a manos de la Procuraduría y  poder convertirla en una cárcel para menores.

Adelantó que han desarrollado un plan estratégico para ir trabajando en tres grandes bloques en el gran Santo Domingo. “Sería reestructurar el penal de Cristo Rey, la cárcel en Manoguayabo y estanos solicitando al Presidente, ya eso está en el presupuesto nuestro, donde estaba la Ciudad del Niño”. Para este último penal las autoridades ya tienen el diseño y se espera que para finales de este año pueda estar lista, si todo avanza.  

Informó que los centros de menores de La Vega y Cristo Rey van a pasar a la Procuraduría. “Se espera que sea para el próximo año; además estamos reorientando todo el sistema de menores”.

Agregó que el presidente Medina está muy interesado en el sistema penitenciario e incluso se plantea construir en Palavé, Santo Domingo Oeste, una cárcel de máxima seguridad para 250 internos. Mientras recorre las cárceles, va recogiendo no solo los problemas que le plantea cada recluso, sino también las cartas y sobres que los empleados le entregan en busca de ayudas.

Reclusas presentaron obras y bailes

La visita del procurador, Francisco Domínguez Brito, coincide justo con la celebración  del octavo aniversario de la cárcel de Najayo-mujeres. Una obra de teatro emocionante relativa a la realidad de los feminicidios, un modelaje con  vestidos hechos por la internas con fundas plásticas e hilo, bailes y canciones fueron parte de las actividades que profesionalmente realizaron las reclusas. En una esquina del salón se exhibían los tejidos a manos, carteras  y todos los demás objetos que se confeccionan allí.

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