Desde hace unos días no veo en las fotos y fílmicas que recogen los movimientos del presidente Danilo Medina a mi amigo Carlitos Pared Pérez, su fiel y leal asistente personal. Como durante tanto tiempo, Carlitos parecía ser inseparable del Titán de Bronce, llama la atención que no se le vea a su lado desde hace varias semanas. No sé si está enfermo, o ha viajado fuera del país, o está cumpliendo alguna encomienda especial alejado de la cercanía presidencial, pero de verdad que me intriga, como a muchos, que al igual que yo han observado su notoria ausencia, que no se le esté viendo donde siempre ha estado y actuando con el dinamismo que le caracteriza. En nuestro país, el morbo crece, crece y crece como la pasta aquella, y no es bueno dejar a la imaginación algunas cosas. No es por nada, es por si aca…
Diferencia
El presidente Hipólito Mejía no baraja pleitos, y hasta se regoza y regodea cuando los provoca, según se sabe. Es más, sus acólitos admiten que “no hay forma de hacerlo cambiar, porque si cambiara no fuera Hipólito Mejía”, por lo que su vocación al bochinche entonces seguirá dando de que hablar y escribir, y nos hará tener a Hipólito para mucho tiempo, ya que en las capas más bajas de la sociedad quien no está en un bochinche lo anda buscando. Ahora ha vuelto a lanzar sus dardos contra Miguel Vargas Maldonado, diciéndole traicionero y que le ha retirado su respeto y consideración, lo que debió ahorrarse porque eso es sabido por el presidente del PRD desde que –hace mucho tiempo ya- empezó a recibir los reportes sobre las groserías y exabruptos de Mejía sobre él, su familia y su gestión política. Ahora bien, Vargas Maldonado acaba de responder a los ataques de Mejía, como debe ser: con la altura y decencia de que carecen las expresiones del exmandatario que quiere minimizar al presidente del partido blanco tratándolo de “Miguelito, ese mismo, ese mismito”. ¿Ustedes se imaginan que Miguel se refiera a Hipólito llamándolo Bucaram, come-yerba, de remate, etc.?. ¡Nooo, así nooo..!