La vicepresidente de la República como que está aprendiendo demasiado rápido, y le da resultado apelar a una especie de tigueraje para justificar ligerezas que, como he advertido, podrían ocasionarle más de un problema, aunque sean solo tal vez de comunicación, pero problemas al fin, que no deberían aflorar, básicamente en cuanto al uso de las redes sociales, algo que le atrae y fascina. Lo del tigueraje viene por su “bájenle algo” de hace poco, y por su expresión ayer de que a veces se siente como los carritos chocones “porque me dan uno, me dan los otros, me dan los contrarios a otros, me dan todos“. Margarita Cedeño de Fernández es bien valorada por la gente, mimada de la clase política, y hasta por sus atributos físicos femeninos gana seguidores, un activo que no debería desperdiciar por vedetismos cibernéticos. ¡Ojo con eso, Cuqui..!
Debajo de la patana
La vice sale con astucia debajo de una patana cuando dice que fue malinterpretada al opinar sobre la comisión oficial que fue al Vaticano para el inicio del ministerio del papa Francisco. “Ha habido una muy mala interpretación de todo este tema, la verdad es que cuando respondí preguntas de twiteros no conocía, ni sabía, ni me imaginaba, que había un decreto o que iba a salir un decreto, porque para mí siempre iba a ir el presidente Medina y su esposa”, expresó, y aunque dijo sentirse orgullosa de que fuera la primera dama a la cabeza de la delegación, en esa parte de sus palabras vuelve a aflorar “el dolín” de que ha hablado mucha gente. Lean ahí lo que dijo: “Esa acción habla mucho de la solidez y la fortaleza que tiene el Despacho de la Primera Dama y de que es factible que pueda representar al Estado y al gobierno en nombre del presidente y vicepresidente”. Y la zurrapa es aún mayor cuando dice: “Hoy justamente estaba mandando ya una felicitación a Candy para expresarle nuestra gran alegría de que pudiera estar en esta actividad”. ¡Hummm..!
