Fidel Castro cumplió un sueño al visitar RD en el año 1998

“Estoy aquí y no lo creo… éste fue un sueño de toda la vida”. Esa fue una de las expresiones de cariño que hiciera el presidente cubano Fidel Castro, durante su primera visita a República Dominicana, el 20 de agosto del 1998.

“Estoy aquí y no lo creo… éste fue un sueño de toda la vida”. Esa fue una de las expresiones de cariño que hiciera el presidente cubano Fidel Castro, durante su primera visita a República Dominicana, el 20 de agosto del 1998. Castro todavía era esa figura imponente, llena de energía que su tiempo de revolución recuerda y que los años le fueron arrebatando. En suelo dominicano emitió al menos dos discursos, uno de ellos en la ciudad de Baní al hacerle homenaje al libertador de Cuba, Máximo Gómez, nacido en esa ciudad. Dos horas de discurso sin un trago de agua, según las crónicas periodísticas. Corto para su naturaleza.

El motivo de la llegada de Castro al país fue su participación en una Reunión Especial de Jefes de Estado y de Gobierno del Cariforo, junto con 14 presidentes, con Leonel Fernández como anfitrión.

“Fue un sueño de toda la vida. Entre las primeras cosas que aprendí cuando ingresé en las primeras aulas escolares es que muy cerca de nosotros existía un país legendario, lleno de historia, estrechamente unido al pueblo cubano”, dijo Castro al pisar suelo dominicano. “Yo a lo largo mi vida, he tenido una perenne admiración y cariño a este país y a su pueblo, que estoy de una forma o de otra vinculado a las luchas del pueblo dominicano”, comentaba en el aeropuerto. Seguro se acordaba de aquella expedición frustrada, en el 1947, que se formó en tierra cubana y tenía como blanco derrocar el régimen trujillista.

En los cuatro días de estadía, desde el 20 al 24 de agosto, Fidel Castro dio su característico discurso antiyanqui. Durante su alocución en Cariforo denunció que los países ricos trataban de imponer un orden económico que buscaba convertir en zonas francas a los países pobres, y desgastar su soberanía. E Hizo un llamado a no resignarse a ese modelo. “Los que ayer fuimos descubiertos, repartidos, conquistados y convertidos en colonia hoy tenemos la posibilidad de actuar como fuerza mayoritaria en diversos foros donde se decide el mundo del siglo XXI”, reclamaba Castro.

La visita de Castro fue todo un acontecimiento en República Dominicana. Se adoptaron los más amplios dispositivos de seguridad para la visita de un presidente extranjero. De hecho, el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) confirmó que el hotel Jaragua, donde se hospedaba, recibió en esos días dos mensajes de fax con amenazas contra Castro, quien de su boca salió la noticia de uno de los tantos supuestos planes para acabar con su vida, éste que tendría lugar en suelo dominicano. En su discurso del 24 de agosto en el Centro de Eventos y Convenciones en el Malecón (de cinco horas y 10 minutos y ninguna vista de sorbo de agua), reconoció el “excelente trabajo en torno a las medidas que hicieron imposible los planes locos y descabellados de aquellos que aprendieron a matar… ”.

En cuatro días, Castro visitó a los expresidentes Joaquín Balaguer y a Juan Bosch. A Balaguer le admiró su inteligencia y recordó con el profesor Bosch cuando se conocieron en La Habana y participaron en la frustrada expedición Cayo Confites, en 1947. La visita a Baní fue una celebración en la ciudad y Castro aquí fue condecorado con la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella.

Castro tenía 72 años cuando visitó República Dominicana. No había asomo del desgaste que sufrió con los años. Aquí en el país se mostró impresionado por la mujer dominicana, e incluso pidió que le explicaran las razones de su belleza. El líder revolucionario que gobernó la Cuba socialista durante 47 años, falleció el pasado viernes, a los 90. 

Leonel tuvo que defender la visita de Castro al país

Leonel Fernández una semana después en Puerto Rico defendió su decisión de invitar a Fidel Castro. En la isla vecina exiliados exhibieron en una avioneta una pancarta en la que acusaban al país de haber traicionado al pueblo cubano. Fernández recordó el derecho de decidir sobre sus relaciones diplomáticas y dijo que con la invitación de Castro respondía al pedido del Papa Juan Pablo II, quien visitó La Habana siete meses antes. “Hemos cumplido con el pedido del Santo Padre de que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”.  

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