El proceso de renovación o cambio de la cédula ayuda a aprender a conocer algunas actitudes de los dominicanos de estos tiempos. Cómo leer la tendencia a postergar cualquier gestión bajo el convencimiento de que las instituciones siempre extenderán los plazos. Una buena parte de la población, más de 2 millones, actuó bajo ese temperamento. Pero más de cuatro millones acudieron con sentido de oportunidad a cumplir con el llamado de la Junta Central Electoral (JCE), lo que quiere decir que no todos dejan las cosas para luego. (Los teléfonos “maco” y el 9-1-1-, los marbetes de las placas).
La experiencia sugiere otros aprendizajes. Si efectivamente la JCE tenía la decisión firme de declarar la caducidad de la cédula de manera irrevocable a partir del 10 de enero, entonces debió coordinar la medida con todas las instituciones de la sociedad que podían ser afectadas. Quizás partió del presupuesto de que actuarían en consecuencia, y tomarían las previsiones debidas. Ahora se ve que era necesaria una gestión directa ante la Superintendencia de Bancos y la Asociación de Bancos Comerciales.
Lo que no se entiende es la actitud del liderazgo político. Como la cédula es el medio para el ejercicio del voto, y ante el hecho de que la autoridad gestora de las elecciones decidió cambiar el plástico, los partidos estaban en el deber de alentar a la ciudadanía a cedularse. Pero prefirieron cuestionar el plazo de caducidad y por esa vía estimular la confusión. Todavía algunos políticos hablan de que la JCE modifique esa decisión, como si ignoraran que los ciudadanos pueden obtener el documento nuevo, con la única presión de que tienen impedimentos para realizar algunas gestiones.
El poder público, en particular, el Ministerio de Interior y Policía, debe estar integrado a la campaña de la JCE. Esa dependencia no ignora que la cédula, además de ser el documento para ejercer el sufragio, es el carnet de identificación. En consecuencia, renovarlo ayuda a la campaña de seguridad ciudadana.
La JCE debe revisar la estrategia para completar la cedulación en la fecha prevista. Una segunda campaña podría dar los resultados esperados.
