En los próximos meses terminará la construcción del Centro Comprehensivo de Cáncer, edificación que se levanta con cara a la calle Sol Poniente en terrenos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Ese centro, el cual en su concepción inicial se anunció que por los méritos y conocimientos sería sede de las nuevas facilidades del Instituto Oncológico H. Pieter, que sería trasladado a lo que desde ya se avizora como un centro importante y de avanzada para combatir y socorrer a miles de dominicanos que son diagnosticados de esa enfermedad.
Sin embargo, como algo inesperado, se han despertado comentarios de que el gobierno probablemente no hará la transferencia de este hospital a la Liga Dominicana Contra el Cáncer. Incluso, recientemente las autoridades han expresado alguna opinión partiendo de que no están de acuerdo en que las inversiones en salud hechas desde el Estado pasen a manos de fundaciones o patronatos.
Este nuevo elemento rompe un compromiso o promesa hecha en buena lid a la casi centenaria organización que se ha tirado sobre sus hombros en las últimas décadas la atención médica especializada en cáncer para cientos de miles de ciudadanos que han encontrado asistencia, consuelo y esperanza.
Aspiramos a que esta posibilidad difícil de defender vuelva en sus cabales y a su idea original de que sea la Liga quien administre y organice esa compleja y especializada inversión en salud.
Ojalá y no se convierta esto en una celada de muy mal gusto.
