El sábado 19, a las 4:29 de la tarde, un día antes de las elecciones, recibí del amigo Julio César Valdez Valdez, a quien ayudé a terminar su biografía de Hipólito Mejía, una misiva con su predicción de los resultados de las elecciones presidenciales, que obviamente esperaba señalase a su predilecto. En vez de esto, leí: “Hipólito Mejía, el candidato del…PRD…podía darse…ganador hasta…febrero, conclusión a la que llegué después de evaluar varios estudios de mercadeo e importantes reportes internacionales, incluyendo el de The Economist Intelligence Unit. Después de repetir lo mismo en estas últimas semanas, pronostico que, lamentablemente para mí, Hipólito perderá las elecciones en primera vuelta, este domingo, por un margen entre tres y cinco puntos porcentuales. En mi análisis recurrí al Método Mitofsky, de la firma que inventó la encuesta a boca de urnas, aunque por más que quise ajustar, los números siempre me decían que mi candidato perdería. Reconozco que el oficialismo ha hecho uso descarado de recursos del Estado, como también lo han hecho gobiernos anteriores y, sabiéndolo, HM debió asegurar su ventaja neutralizando tal práctica. La pronosticada derrota es multifactorial, incluyendo la prepotencia y la percepción de invencibilidad que llevaron a subestimar la importancia de un simple voto, olvidando que voto perdido es voto que aleja el triunfo. El factor MVM ha sido también subestimado por Mejía y sus asesores, al considerar que su respaldo no era determinante para que HM alcanzara la presidencia, un grave error que quedará demostrado mañana cuando los boletines de la JCE muestren la precisión de mi humilde análisis.
Otro grave error, fue haber menospreciado a quienes, como yo, ofrecimos humildes aportes, posiblemente percibidos con valor nulo, por no haber llegado en Mercedes Benz y no estar adornados de apellidos exóticos como Amandy o Bendixen, aunque el técnico dominicano, especialmente…de baja condición socioeconómica, conoce mejor la idiosincrasia dominicana que los extranjeros que visitan el país sólo durante campañas políticas y se desplazan en suntuosos autos. La arrogancia les impidió enterarse que este pobre diablo tuvo como instructores a los mismos asesores, entre ellos Mauricio de Vengoechea, asesor del candidato oficialista Danilo Medina.
Los del entorno de Hipólito no saben que con mucho dinero en el bolsillo y mierda en la cabeza se logra menos que con mierda en el bolsillo y materia gris en la cabeza. Esta vez apuesto a estar errado y que mis vaticinios sean inexactos, pues sería la primera vez que aun perdiendo gane, ya que mi libro ‘Hipólito Mejía: El hombre, la historia’ ya está terminado y solo necesito publicarlo”.
