Cientos de personas de todos los estratos y edades rindieron homenaje a Bélgica Adela Mirabal (Doña Dedé), cuyos restos mortales fueron expuestos desde las 12:30 en la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln de la ciudad de Santo Domingo.
Dirigentes de todo el arcoíris político criollo, funcionarios del gobierno, jueces, fiscales, artistas populares y de la plástica, escritores, académicos, intelectuales y estudiantes, así como gente común, desfilaron por ante su féretro para despedirse de la única hermana sobreviviente de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, asesinadas por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960 y en cuyo honor la provincia Salcedo hoy lleva el nombre de Hermanas Mirabal.
Izquierdistas como Iván Rodríguez, Ramón Almánzar, Secundino Palacios, Higinio Báez, Fulgencio Severino, y políticos de la órbita de Peggy Cabral, Luis Abinader, Federico Antún Batlle y Eduardo Estrella, así como altos funcionarios del gobierno y miembros del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Mariano Germán, y magistrados de los tribunales Constitucional Electoral, se hicieron presentes en la funeraria.
Al valorar la figura de Doña Dedé, todos coincidían en destacar su anegación como madre, su entrega a la Patria, el fervor que mantuvo para que el ejemplo de sus hermanas mártires permaneciera y fuera conocido por las generaciones presentes y futuras.
Pero quizás el mayor juicio de valoración lo hizo Jennifer Alcántara, estudiante de tercero del bachillerato residente en San Cristóbal, quien afirmó que “Con Doña Dedé no murió la última de las mariposas, porque las mariposas siempre van a vivir y volar en libertad”, haciendo así alusión al libro de Julia Álvarez “En el tiempo de las mariposas”, el cual tenía en sus manos.
