Estupendas playas para descansar, una gastronomía que no te deberías perder, así como algunas ciudades y destinos impresionantes, es lo que puedes descubrir en Colombia… un país turísticamente completo que hay que conocer.
En uno de esos días en que la tarde y la noche se hacen una para estar presente en la vida de los mortales fue cuando se realizó ese viaje hacia esa tierra, donde la aventura se une con la alegría. Así es Colombia, un paraíso en Sudamérica donde dan ganas de seguir y uno le pide al tiempo que no se agote para no tener que emprender el camino de regreso a casa.
Todos están a una en que el desarrollo del país es un beneficio de todos, y cada quien con cada cual hace conciencia de guardar los buenos modales para brindárselos al visitante ,como el exquisito trago de bienvenida que se convierte en el anzuelo que te atrapa. De igual forma esa nación tiene una histórica cultura reservada para el visitante que desea algo más que las cuatro hermosas paredes de una suite ubicada en uno de esos centros destinados para el descanso.
En Bogotá, la capital política de Colombia, se encuentra desde un buen hotel para descansar placenteramente hasta una bodeguita en donde el ambiente llama a la escucha de un ballenato o una buena salsa que nos recuerde que somos del Caribe.
En Colombia, se encuentran la sede presidencial (el Palacio de Nariño) y en su alrededor no faltaran edificios coloniales no menos atractivos e históricamente interesantes. Así seguimos nuestra ruta y llegamos al Museo del Oro, en donde se encuentra la cultura aborigen recogida en este precioso metal El tiempo nos traslada al Parque de Sal, donde podemos ver los misterios de la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, recreados en un ambiente del mineral que sirve para darle sabor a la vida.
Por las alturas
Todo transcurre en orden, y el cuerpo y la imaginación piden un más que se hace presente cuando nos encontramos en el Santuario de Monserrate, hermoso lugar, ubicado a 3, 190 metros sobre el nivel del mar y en donde podemos observar la imagen del Cristo caído que busca la piedad de sus hermanos.
Desde el lugar se observa toda una Bogotá iluminada por los cuatro costados, en la que con una temperatura de al menos tres grados nos sintoniza en la nostalgia de aquellos que por décadas hemos anhelado un servicio estable de electricidad.
Nada se agota y hay tiempo para la “gozadera” que nos está esperando en Andrés Carne de Res. Aquí la alegría es constante y no hay mortal que se resista a no moverse al compás de la música y que se olvide por milésima si es que lo había ocultado en su diskette mental, que en “Colombia el riesgo es que te quieras quedar”.
