Te cuesta trabajo entenderlo, lo sé, créeme que si hay alguien que te entiende esa soy yo, amante de la comida chatarra, grasosa, dañina y deliciosa a muerte. Pero precisamente por ese último detalle es que la alimentación está cambiando, para durar un poquito más y que el planeta lo haga con nosotros.
Por eso notarás que los supermercados cada día más ofrecen productos orgánicos y en especial, frescos. La cocina orgánica cada día gana más espacio no sólo en la casa, sino en los restaurantes, que ofrecen este tipo de alimentación. No se trata de que dures dos semanas a única y exclusivamente lechuga, repollo y tomates, no, de lo que hablo es de toda una filosofía gastronómica con varias alternativas de alimentación, sin la restricción de ningún tipo de ingrediente y sin olvidar los paladares singulares de cada persona. El único principio es ser saludable y no alterar el equilibrio del medio ambiente.
Todavía más, hablamos de comidas preparadas bajo procedimientos que utilizan las energías renovables para ofrecer sabores únicos, sin alterar su esencia, que estarán libres de contaminación química. En una cocina orgánica uno no fuerza la tierra, se trabaja con productos de temporada.
Para anotarte en esta filosofía hay productos que no deben faltar en tu despensa, como son los cereales y harinas integrales, leguminosas (garbanzos, frijoles, lentejas, habas), endulzantes naturales, aceite de oliva o sésamo, semillas, hierbas frescas (sin empacar) y especias. Lo que sí es importante es que los alimentos sean bajos en grasas, azúcar y sal.
Otro punto, que quizás no tomabas en cuenta, pero que es de suma importancia es dónde los cocinas. Siempre nos venden los utensilios hechos con teflón como lo máximo, pero lo cierto es que deben evitarse porque liberan materiales tóxicos al sobrecalentarse, lo mismo las ollas de aluminio o de barro. Mejor opta por ollas y sartenes en acero inoxidable.
Dentro de esta cultura también está cómo guardas y calientas los alimentos para una segunda pasada. Ya te lo han dicho miles de veces y no haces caso, el plástico y los desechables no son para calentar, aún aguanten 10 minutos dando vueltas en el microondas, ya que liberan sustancias nocivas a la salud, cámbialos a un refractario de cristal. Las cucharas son mejor de madera y en la medida de lo posible, usa el fuego antes que el micro para calentar, así conservará íntegros los nutrientes.
