Lo más fácil en el PRD ha sido llegar a la Comisión Política, por designación de dedo. Basta con revisar la variación constante y permanente en la matrícula del organismo. Aun así, tal parece que los miguelistas “se olieron” temprano los propósitos que animarían a sus adversarios internos y el procedimiento que utilizarían y, por lo menos para “fuñirle” un poco la paciencia, se adelantaron sometiendo institucionalmente el listado de los integrantes de la CP, al momento, por ante la Junta Central Electoral. Suenan los tambores de guerra, cada bando organiza sus tropas, la primera batalla está convocada para mañana. Ya veremos si hay más que señales de humo…
Amarres
Todos los grupos que se están alineando en el PRD en torno a Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía empeñan sus mayores esfuerzos en hacer amarres para “orientar” el rumbo de la agenda que agotará la Comisión Política del partido blanco que esperan se reúna mañana, viernes. Los que siguen a Vargas Maldonado plantean que el organismo debe abocarse a evaluar los resultados de las elecciones recién pasadas desde una óptica autocrítica para definir acciones futuras de unidad y fortalecimiento partidario. Mientras, entre los que siguen al presidente Mejía hay dos corrientes: Una radicaloide que no ceja en sus pedido de que se expulse a Vargas Maldonado y a todos los suyos a quienes acusa de traicionar al partido y realizar una intensa labor de zapa, antes y durante los comicios, para que ganara el candidato presidencial del PLD. Y otra, un poco más mesurada, que aunque sugiere renovar la alta dirección partidaria para concluir sacando a Miguel de la Presidencia del partido, propone un proceso invasivo, viniendo desde abajo, en el entendido de que, como el presidente del partido, en los niveles bajos hay otras figuras que habrían hecho causa común con la pasibilidad de éste, lo que los hipolitistas consideran una traición. Todavía no me atrevo a repetir que ellos son blancos y se entienden…
