Tal y como lo advertí, ha sido solo en ultramar donde después del precongreso del PRSC aún quedan focos de escaramuzas. Quienes adversan a Carlos Morales Troncoso (talvez más que al presidente del partido a varios de los de su círculo íntimo) no se marcharon conformes del escenario del evento, y han seguido disparando, en evidente demostración de que no se dan por vencidos y que en la diáspora habrá disidencia para rato. De acuerdo a los informes que me han llegado, el precongreso se desarrolló, al igual que los demás anteriores, con mucha apertura y pluralismo, y los debates transcurrieron con mucho respeto. Pero el problema parece ser de los actores, es decir, de quienes dan el frente por la cúpula para discutir con los disidentes, y viceversa. En uno y otro bando, me diiicen, hay mucha altanería y radicalismo, con actuaciones que más bien parecen de gallitos. Asíno debe ser…
En el mercado
Está en el mercado, incluso circulando por ciertos canales de la red, la venta de uno de los partidos chiquito, chiquitito, chiquititito, chiquitititito, que participó en las elecciones del pasado año. Enterado del asunto busqué más información y obtuve la confidencia de que el líder, jefe, administrador, tesorero y presidente de la organización busca fijar residencia en los Estados Unidos, “cansado y desilusionado de la clase política nacional”, y por esa razón “quiere sacar parte de la inversión que hizo”. Ese partido es tan pequeño, pequeñito, que habría perdido el reconocimiento de la Junta Central Electoral si hubiese acudido solo, sin alianza, a las urnas, pero -esperanzado como otros- respaldó la candidatura del expresidente Hipólito Mejía e hizo un cerebro grande con ir a una posición importante de gobierno si éste ganaba. Como el resto es historia, ahora los locales han sido cerrados, y aunque buscó vallas acercándose a ciertos personeros del Gobierno, no ha habido enganche. Cosas de la política que se ven en nuestro país, comentó un memo…
