Los acuerdos de precios y repartos de mercados siempre son perjudiciales para el consumidor y existen formas para sancionar a las empresas que incurren en esa acción.El planteamiento lo hace el consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y experto en Regulación y Defensa de Competencia, Esteban Manuel Greco, en una conversación sobre el tema sostenida con elCaribe.
Acompañado de la periodista Kleiner López, encarga de Comunicaciones de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia de República Dominicana, el experto, argentino de nacionalidad, asegura que las legislaciones de competencias y la existencia de agencias de competencia y de organismos e instituciones estatales que la apliquen, ha sido una tendencia creciente desde hace tiempo en Latinoamérica, mucho más en los últimos 20 ó 30 años, acentuado mucho más en la actualidad.
Esto tiene ventajas de distintos tipos, asegura Greco, hablando con manejo certero sobre el tema. Plantea que “el hecho de que la competencia sea efectiva y vigorosa entre las empresas tiene beneficios directos entre los consumidores, porque éstos pueden tener más opciones, mejores precios y más variedades de productos”. Por otro lado, beneficia a la economía y a la producción en general, porque, por ejemplo, el hecho de que haya una oferta competitiva de bienes industriales y de insumos básicos ayuda al resto de la cadena productiva. Greco no es un improvisado en la materia. Es licenciado en Economía (1991). Master en Economía del Programa Regional de Postgrado de Capacitación e Investigación en Análisis de Políticas Públicas del Instituto Torcuato Di Tella-BID (1994) y ha realizado diversos cursos de postgrado en Regulación y Defensa de la Competencia. Sustentado precisamente en sus conocimientos, sostiene que las economías modernas están bien entrelazadas y eso hace que si hay falta de competencia en algún eslabón básico eso pueda afectar el resto de la economía y que ésta pierda competitividad y empleos. “Es decir, que la competencia ayuda a que la economía de un país sea más vigorosa, más competitiva y que tenga un mejor desempeño”, expone.
Desde su óptica, una de las tareas centrales de la competencia (en este caso aplica para el trabajo que realiza la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia dominicana) debe ser la de evitar que se formen y que perduren acuerdos de carteles, pero también tiene las herramientas para poder distinguir cuándo se trata de un cartel y cuándo no.
Plantea que a veces hay mercados que son poco oferentes, pero eso no significa que necesariamente se están poniendo de acuerdo, y por el contrario pueden estar compitiendo vigorosamente. “Ahora, en otros casos, puede ser que esos pocos oferentes tengan facilidad y condicionen para ponerse de acuerdo. Las agencias de competencia tienen las herramientas y la metodología para poder detectar cuándo se trata de carteles perjudiciales para el consumidor”, advierte el consultor del BID.
El tema de los costos en que incurre cada empresa para producir puede ser una de las variables a analizar, comenta, respondiendo a una pregunta de este diario, pero deja claro que, en general, no es el rol de la agencia de competencia regular el precio y ponerlo en función del costo, sino lograr que la misma interacción de las empresas en el mercado sea la que permita regular el precio, cuando este es competitivo. “Claro, que si los costos suben, los precios van a subir en un mercado competitivo. El tema de costo es una de las variables que hay que tener en cuenta, pero no es la única. Hay que tomar en cuenta que no haya barreras de entrada a nuevas empresas y que no haya conductas para excluir algunas empresas del mercado”, explica Esteban Manuel Greco. Otro tipo de conducta que puede ser analizada por las agencias o instituciones de defensa de la competencia son los abusos de las empresas con posición dominante. Las empresas son dominantes cuando aprovechándose de su posición comercial-productiva-tecnológica incurren en cuestiones que no deben y que se salen de lo que en condiciones normales impone el mercado.
“Cuando hay una empresa con posición dominante y abusa de esa posición también podría sancionarse”, indica Greco, quien entre los años 2000-2001 se desempeñó como vocal y economista jefe de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia en Argentina.
Sostiene que aun cuando una empresa no se esté poniendo de acuerdo con otras para afectar al consumidor, puede ocurrir que tenga una conducta exclusoria o vendiendo por debajo del costo para excluir a un competidor y luego poder ejercer un poder de monopolio. Ese tipo de cosas, que señala Greco, está dentro del ámbito de lo que observa y debe observar una agencia de defensa de la competencia.
Las experiencias que se tienen en la materia en Latinoamérica son positivas, en cuanto empiezan a ejercerse las funciones en forma profesional y técnica. “Yo formé parte y fui economista jefe y directivo de la Agencia de Competencia de Argentina y ahí hemos tenido algunos casos de sanciones a carteles y de abuso de posición dominante. Incluso, hay control de las operaciones de compra de instituciones y empresas para evitar que se formen monopolios o posiciones dominantes que puedan afectar a los consumidores”, explica el especialista.
Pero también en Chile, en Brasil, en Perú, en Colombia, en México, en El Salvador hay una agencia de competencia con funcionamiento y están logrando hacer un trabajo efectivo. “Lo que hay que lograr también es que todos los agentes económicos privados y públicos conozcan las reglas de cómo deben comportarse en economías competitivas y mercados competitivos. El hecho de que el proceso funcione genera conocimientos de cuáles son esas reglas y una cultura de la competencia, de saber que no hay que ponerse de acuerdo en los mercados y que hay que competir en forma equilibrada y no abusar de posiciones de dominio”, explica.
