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Cine oportuno. El tipo de película que no debe perderse quien labora en el área de la salud. A partir de una historia real del médico nigeriano Bennet Omalu, neuropatologista, el filme desentraña lo que es el deporte profesional, concretamente…

Cine oportuno. El tipo de película que no debe perderse quien labora en el área de la salud. A partir de una historia real del médico nigeriano Bennet Omalu, neuropatologista, el filme desentraña lo que es el deporte profesional, concretamente el fútbol estadounidense (fútbol rugby que es una mecanización deportiva que activa lo más violento del enfrentamiento deportivo). Para su práctica se requiere de numerosos protectores que supuestamente atenúan el impacto que generan. Ahí es donde entra el genio científico de este médico quien, trabajando como forense en Estados Unidos, analiza a fondo las lesiones en la cabeza y los problemas sufridos por futbolistas a lo largo de sus vidas, una verdad científica que aún hoy son negadas por la National Football League, pero que si sabemos de las numerosas muertes indignas y execrables por traumas cerebrales. Dicen que quien sabe debe seguir adelante y registrar para la humanidad el don con que nace, y eso hizo esta lumbrera de las ciencias médicas. Pues bien, el desarrollo de la historia termina en un final arrebatador y punzante. La trama nos muestra el materialismo ramplón que gobierna el fanatismo deportivo, pero también el egoísmo de que somos capaces cuando nos negamos a renunciar a emociones que generan los deportistas en combates letales y a riesgo de la vida. El dos veces nominado al Oscar al mejor actor, Will Smith, se mete en la piel de doctor Omalu para presentar un drama que abarca mucho de lo que hoy se habla en el cine: la desigualdad social, el racismo y la xenofobia. A quienes hacemos cine sensato y espinoso se nos hace un poco de envidia (de la buena) porque quisiéramos –al menos yo– realizar filmes con médicos tales como Evangelina Rodríguez, Luis Eduardo Aybar, Heriberto Pieter, Juan Manuel Taveras Rodríguez, Robert Reid Cabral, Darío Contreras o Francisco Moscoso Puello, por citar algunos que dan para grandes historias nacionales y que no encontramos visión ni soporte emprendedor ni en el Gobierno ni en grandes potentados de la medicina en RD. De esos una de las historias más interesantes es la de Heriberto Pieter, negro y de origen muy humilde, quien con 63 años de edad, en la última parte de su vida, dona en 1947 casi todo lo que había ahorrado, 40,000 pesos, para la construcción del Instituto Contra el Cáncer, de ese que hoy lleva su nombre in memoriam. 

HH HH género: Drama. EE.UU., 2015. Duración: 123 minutos.

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