El persistente e incansable promotor del diálogo, monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, acaba de reafirmar su fe en que en el transcurso de los próximos días habrá una forma consensuada para eliminar los ruidos en torno al Centro de Cómputos de la Junta Central Electoral (JCE).
Su empeño está dirigido a lograr que los actores políticos superen elementos que posteriormente puedan ser utilizados para empañar los resultados de las próximas elecciones. Una actitud muy loable que debe ser tomada en cuenta para propiciar un buen ambiente para el desarrollo del proceso cívico en marcha.
El pasado martes, el presidente de la JCE, Roberto Rosario Márquez, enfáticamente llamó la atención de los partidos sobre la necesidad de un pronto entendimiento, con la advertencia de que si no lo hacen, ese organismo tomará una decisión, debido a que el día de las votaciones se precipita y requiere de suficiente tiempo para realizar el trabajo, sin ningún tipo de tropiezos.
Ayer, la Organización de los Estados Americanos (OEA) acordó con el Estado dominicano ofrecer una cooperación técnica, que implica la realización de una auditoría al registro electoral y a los procedimientos de transmisión de datos para las próximas elecciones.
El presidente de la JCE y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, firmaron un documento mediante el cual la OEA se compromete no sólo a observar el proceso electoral, sino a materializar un acompañamiento técnico.
Ese acuerdo fue el resultado de una gestión de la JCE, por iniciativa propia. No es la primera vez que la OEA acompaña a ese organismo en procesos electorales. Un empeño dirigido a mostrar su apuesta a la transparencia.
Los políticos en competencia por el poder deben sentarse junto a Núñez Collado, para reafirmar la confianza y la tranquilidad en el proceso y en la JCE.
