El economista y consultor en seguridad social Arismendi Díaz Santana considera que muchos de los afiliados jóvenes, que ingresan al régimen previsional con menos de 45 años tampoco recibirán una pensión digna, salvo que se produzcan cambios importantes en el régimen.El experto expresó su temor de que esa situación agudice los niveles de pobreza del país. Considera que el problema del ingreso tardío es “grave en nuestro país debido al rezago y a las enormes limitaciones que tuvo nuestro país durante casi cuatro décadas”.
Respondiendo una consulta de elCaribe, Díaz Santana, primer gerente general del Consejo Nacional de la Seguridad Social, dice que la cobertura del IDSS nunca llegó al 7% de la PEA (población económicamente activa) y además excluía del seguro a los “empleados” en la medida en que éstos lograban aumentos de salario por encima del tope de exclusión. En adición, sólo una ínfima minoría de las empresas privadas tenían planes de retiro a favor de sus empleados.
“En síntesis, al inicio del SDSS más del 90% de los trabajadores dominicanos carecía de algún tipo de régimen previsional. Por eso resulta tan grande la cantidad de afiliados que no clasifican para una pensión digna”, dijo el profesional, aludiendo a la cantidad de personas que al cumplir 60 años no lograrán una pensión mínima.
Refiere al debate en torno al tema de la devolución de los recursos acumulados de los afiliados de ingreso tardío, cuyos aportes no den para una pensión mínima. Sobre el tema la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) ha pedido al CNSS que emita una resolución para que a los afiliados de ingreso tardío que no califiquen para una pensión mínima de al menos el 40% del promedio de los últimos doce salarios, se les devuelvan sus aportes en un solo pago. También sugiere la devolución completa en caso del afiliado padecer una enfermedad terminal certificada por la instancia correspondiente.
Díaz Santana explicó que en Chile, por ejemplo, cuando se introdujo la reforma previsional ya la mayoría de los trabajadores disfrutaba de planes de pensiones, por lo que al establecerse el nuevo modelo ya tenían una gran parte del terreno recorrido (derechos adquiridos), por lo que el problema fue considerablemente menor. Igual ocurrió en México y otros países. “De todas maneras, para evitar manipulación de las estadísticas siempre establecieron una clara distinción entre las pensiones tardías y las pensiones plenas”, precisa.
Por las razones señaladas, dijo que “es totalmente cierto que la gran mayoría de los afiliados actuales de ingreso tardío no clasifican para recibir una pensión proporcional al 40 por ciento del salario cotizable y deberán recibir íntegramente el fondo acumulado. Finalmente, muchos de los afiliados jóvenes (menores de 45 años) tampoco recibirán una pensión digna, salvo que se produzcan cambios importantes en el régimen previsional. La SIPEN ha estimado en un 37 por ciento el nivel de reemplazo, lo que implica pensiones ridículas e inaceptables.
“El riesgo de agudizar los niveles de pobreza será muy alto”, advirtió el economista Díaz Santana.
El consultor informó que en consecuencia, ha recomendado la aplicación de un esquema basado en tres puntos esenciales. El primer punto propuesto es que se reduzca “aún más el monto de las comisiones de las” administradoras de fondos de pensiones (AFP). La segunda sugerencia del economista Díaz Santana es elevar el porcentaje de cotización obrero patronal, aprovechando la reforma que se propone de la cesantía. En tercer lugar sugiere que se mejore la rentabilidad real del fondo de pensiones.
Actualmente, los fondos de pensiones obtienen la casi totalidad de sus rendimientos de inversiones en títulos emitidos por el Estado, una parte en certificados del Banco Central y otra proporción en instrumentos de deuda pública que emite el Ministerio de Hacienda, para financiar el presupuesto nacional. En esos dos instrumentos se invierte cerca del 70% de los fondos de pensiones.
