El nombramiento del joven Hecmilio Galván en el Gobierno, como encargado de “Economía Solidaria”, ha provocado una gran alharaca, sobre todo en las redes sociales, el escenario donde más se conoce al líder del grupo llamado “Multitud”. Inicialmente, se puede interpretar que el asunto no tiene nada de extraño. Basta echar mano de dos frases que justificarían el nombramiento. Primero, se trata de un técnico capacitado en su área, y segundo, todos los dominicanos tienen derecho a trabajar en el Estado. Con esos dos argumentos, que no por ser clichés dejan de ser ciertos, el tema quedaría cerrado. Pero no. Hay algunas implicaciones en esta designación, dignas de ser analizadas. No puede verse como la adquisición de una ficha importante al que se logra convertir de opositor en oficialista, porque el propio Galván afirma que no ha cambiado y que sigue siendo “revolucionario”. Además, el grupo que lidera no es importante, numéricamente hablando, pese a lo ostentoso de su nombre. Entonces, ahí no está la cosa. Sin embargo, la decisión, que viene de Palacio, sí podría tener efectos no deseados dentro del PLD. El Gobierno, encabezado por Danilo Medina, está integrando en sus filas a un furibundo opositor, no tanto del partido morado, sino de Leonel Fernández. Así de sencillo. Y así de complejo…
¿Soltará el megáfono?
Galván es del grupo de muchachos que convocaba a protestas frente a Funglode y en otros escenarios, pero siempre teniendo como blanco de sus críticas, consignas y hasta insultos, al pasado Presidente. A sus compañeros de “lucha”, les ha dicho que seguirá igual, que nada cambiará. Aún no se sabe si asistirá a la próxima protesta, si lleva o no su megáfono y si mantendrá o no su estilo irreverente. El nombramiento, de por sí, quizás no se considere como un agravio al exmandatario, pero todo dependerá de la actitud que mantenga este nuevo funcionario.
