Recuerdo a mi mamá como una gran conversadora, acorde con su infinita humanidad. Luis Rojas, psiquiatra español, refiere las bondades del conversar: “Nos ayuda a restablecer nuestro sentido de nosotros mismos, a mantener los pies sobre la tierra, a tranquilizarnos, a entender e interpretar las cosas que nos afectan. Y si no tenemos interlocutores, recomiendo hablar en alto con nosotros mismos y, a poder ser, frente a un espejo, para incrementar así nuestra conciencia de identidad. Cuantas veces narramos los sucesos y las emociones que nos perturban más fuerza pierden y menos posibilidades tienen de perjudicarnos a largo plazo”. Ciertamente más vale “hablar solo” que perder el tiempo intentando dialogar con quien ni escucha ni dice nada de valor.
Conversar
Recuerdo a mi mamá como una gran conversadora, acorde con su infinita humanidad. Luis Rojas, psiquiatra español, refiere las bondades del conversar: “Nos ayuda a restablecer nuestro sentido de nosotros mismos, a mantener los pies sobre la tierra,̷