Casi convertido en un “mercadito” está el cruce de Villa Mella, entre las avenidas Charles de Gaulle y Hermanas Mirabal en Santo Domingo Norte. En las inmediaciones de la terminal Mamá Tingó, los buhoneros ocupan las aceras y cada día son más los que se adueñan de ese espacio destinado a los peatones, quienes se exponen a ser atropellados, mientras los vendedores, haitianos y dominicanos bloquean su paso.
Frutas, lentes, tarjetas de llamadas, artículos para el hogar, ropas usadas, carteras y electrodomésticos, entre otros artículos, son ofrecidos a los transeúntes que salen tanto de la estación Mamá Tingó, del metro de Santo Domingo, como de las guaguas, situación que se agrava en las primeras horas de la mañana y las 6:00 de la tarde cuando más flujo de personas hay en la citada zona.
“No me ha quedado de otra más que tirarme a la calle y dejarle las aceras a los “dueños” ya que es casi imposible pasar por ellas porque tienen todos sus productos en el concreto, sé que están buscando su sustento, pero deben ubicarse en un lugar que no obstruyan el paso”, explicó Mercedes Pérez, quien pasa a diario por esta zona.
Los vendedores informales que ya han sido desalojados en varias ocasiones por el Ayuntamiento de Santo Domingo Norte (ASDN), pidieron al alcalde Francisco Fernández la reubicación en un lugar con mejores condiciones, como les prometió antes de llegar al cargo y que, según ellos, se le ha olvidado.
Además de impedirles el paso, usuarios del metro se quejaron de que los vendedores dejan montones de basura, lo que empeora la situación y arrabaliza el entorno que se vio en buenas condiciones cuando hicieron el metro, explicaron.
A pocos pasos de la estación se observa que hasta las columnas del metro son usadas para colocar los artículos que ofertan a los transeúntes, principalmente productos agrícolas.
Dicen que el alcalde prometió reubicarlos
En varias ocasiones, las autoridades del cabildo del municipio Santo Domingo Norte han desalojado a los vendedores, pero a las pocas horas vuelven y se instalan en el lugar y le exigen al alcalde Francisco Fernández que los ubique en otro lugar, ya que esa fue una de sus promesas de campaña. Aseguran que no se irán de ahí porque tienen que ganar el sustento de su familia.
