Joe Cortez, ciudadano de origen puertorriqueño, pero nacido en Estados Unidos, trabajó como juez-árbitro de boxeo durante decenas de años. Su carrera puede ser catalogada como exitosa.
Cortez casi toda su labor la desarrolló como árbitro. Es decir, como tercer hombre del cuadrilátero.
Trabajó, y este es un informe fidedigno, en más de 150 peleas en las que se ponían en disputa coronas mundiales del boxeo rentable.
Pero le pasó como a los boxeadores que después de tener exitosas carreras terminaron muy mal… pasaron de lo sublime a lo ridículo. Y esto porque no supieron colgar los guantes a tiempos. Suele pasar a mucho a estelares de las cuerdas.
Cortez, en su trabajo como árbitro, no supo retirarse a tiempo y en los últimos combates en los que trabajó estuvo ineficiente, errático…prácticamente ya no tenía reflejos y las peleas se les iban de las manos. La verdad. En mi rol de reportero tuve la oportunidad de entrevistar varias veces a Joe Cortez… ¡y él siempre muy amable, receptivo con la prensa.
Cortez, ¿analista?
Cortez, tras su retiro como árbitro, pasó a trabajar como comentarista de boxeo de la prestigiosa cadena deportiva ESPN.
Lo he visto muchas veces, especialmente cuando se trata de comentar o analizar grandes peleas.
Respecto al combate Canelo Álvarez-Cotto, sus comentarios estuvieron fuera de la realidad. Además, cuando intenta analizar un combate, siempre se mantiene dubitativo, incoherente y en ocasiones parcializado. La prueba más palpable de lo que afirmo la tenemos en su intervención en las transmisiones para comentar sobre el referido pleito que celebraron el pasado 11 de noviembre en el Events Center del hotel Mandalay Bay de Las Vegas, Nevada.
Tras el triunfo del mexicano, dijo que “el ganador había sido Cotto”. En su vaticinio había dicho que el boricua ganaría por “decisión dividida”. ¡Uff! Cortez en realidad no analizó el resultado de la pelea… más bien se “volcó” en elogios para el perdedor sin reconocer la eficiencia del ganador.
