El Poder Ejecutivo remitió la pasada semana un proyecto de ley a las cámaras legislativas donde se plantean las bases jurídicas y operativas para la transformación del actual BNV en el Banco de Desarrollo de las Exportaciones (Bandex). Dicho proyecto ha generado una gran polémica, pues si bien es muy cierto que todos los sectores de la vida nacional están conscientes de que es necesario dar un gran impulso desde el Gobierno a las exportaciones, dicho proyecto tiene dos aspectos polémicos que han provocado que sectores industriales y financieros hayan iniciado una agresiva campaña mediática para tratar de que el presidente Danilo Medina retire el apoyo a la creación del Bandex.
A pesar de que se esgrimen diversos argumentos jurídicos y legales para oponerse a la creación del Bandex, lo cierto es que el punto principal está en lo que plantea el artículo 26 de dicho proyecto de ley en el sentido de que el 10% de los recursos que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) tienen depositados en el Banco Central y otros bancos comerciales, deben ser depositados en el Bandex, sujeto a las mismas normas y regulaciones que hoy poseen en aquellas entidades financieras. Esta propuesta ha creado una fuerte oposición sobre todo en el sector financiero que es propietario de las AFP, pues en la actualidad ese sector obtiene entre 6 y 10 mil millones de pesos de beneficios por el simple y sencillo hecho de tener colocados unos 240 mil millones de pesos que nos han descontado a todos nosotros para nuestras futuras pensiones.
La decisión del Gobierno de querer capitalizar el Bandex con el 10% de los recursos de los fondos de pensiones es correcto. Muchos países de América Latina han demostrado que con esos fondos se pueden financiar muchos proyectos económicos que beneficien a la población propietaria de esos recursos al mismo tiempo que se impulsa el desarrollo de otros sectores de la economía.
Es por ello que el Gobierno no debe dejarse chantajear por quienes quieren seguir manteniendo más de 200 mil millones de pesos depositados en sus cuentas, sin ponerlos a producir nada ni invertirlos en proyectos económicos rentables que ayuden a que aumenten los intereses para los verdaderos propietarios que somos todos nosotros.
No es cierto que esa propuesta viole la Constitución en los artículos 227 y 228, sino que, por el contrario, lo que hace es aplicar con sentido claro y preciso lo que allí se establece. El artículo 228 si bien dice que la iniciativa privada es libre, afirma a seguidas que “el Estado procurará, junto al sector privado, un crecimiento equilibrado y sostenido de la economía”.
El otro aspecto que se cuestiona es el hecho de que el Bandex pueda convertirse en un botín político y pierda sus funciones técnicas si quienes pasan a dirigirlo son dirigentes políticos, sin dominio del área, designados por el Poder Ejecutivo. Este argumento podría ser discutido e incluso tomado en consideración para cuando se vaya a formar el consejo directivo del Bandex, pero no puede convertirse en un argumento esencial para oponerse a la creación de dicho banco.
El presidente Danilo Medina debe mantener y defender que se apoye el proyecto de ley que crea el Bandex para que continúe siendo consecuente con su política de apoyo a la producción nacional y de impulso a las exportaciones. Eso es lo más conveniente para todos.
